El gremio del taxi no se baja del volante en este estado de alarma y tras el endurecimiento de las medidas de aislamiento. Su labor es más necesaria que nunca en el traslado de las personas que tienen que seguir cuidando de toda la sociedad. Por ello y porque ellos también se ponen en riesgo, extreman las medidas de limpieza en sus coches.
Tras cada carrera, repasan los asientos con cloruro o lejía para desinfectar sus asientos. El último toque lo da una máquina de ozono que deja el interior completamente seguro para el siguiente cliente. Éste tendrá que usar obligatoriamente el asiento trasero del lado opuesto al del conductor, con el objetivo de extremar las distancias al máximo y no exponer a ningún trabajador.
Hoy más que nunca, están presentes en todos los hospitales para recoger "a los clientes que vengan a urgencias por motivos ajenos al Coronavirus" tal y como ellos reconocen. Y van más allá, los sanitarios tienen transporte gratis gracias a ellos, cuando tienen que realizar visitas a domicilio a pacientes enfermos.