De Granada al País Vasco: ¿cuál es la tapa típica de cada comunidad autónoma?
Cada comunidad autónoma hace gala de sus delicias elaborando tapas típicas que encontrarás en la mayoría de establecimientos
Algunas, como las bravas, el pincho de tortilla o las gambas al ajillo, se consideran típicas de toda la geografía nacional
La anchoa, el chorizo a la idra, el pescaíto frito, las papas arrugadas... La variedad de tapas es enorme y las hay para todos los gustos
Nada más español que unas tapas con una caña o una copa de vino: las hay de todos los tipos y cada región tiene las suyas propias, normalmente aprovechando las mejores delicias de la zona. Sea cual sea la combinación elegida, desde luego se trata de todo un rito que se reparte a lo largo de toda nuestra geografía y que es apreciado tanto por los españoles como por quienes nos visitan en busca de descubrimientos gastronómicos. ¿Cuál es la tapa típica de cada comunidad autónoma?
Cuál es la tapa típica de cada comunidad autónoma
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Elegir una sola tapa típica en cada comunidad autónoma es una tarea limitante por definición: nuestra gastronomía es muy variada y tiene mucho que ofrecer, a lo que se suma el hecho de que muchos establecimientos buscan especializarse en una tapa concreta que hará que sus visitantes vuelvan a por ella. Por eso es frecuente la existencia de rutas de tapas, en las que recorrer distintos locales probando distintos sabores.
Estas son algunas de las tapas típicas de cada comunidad autónoma, tal y como recoge la Fundación Española de Nutrición (FEN):
- Cantabria. La anchoa del Cantábrico con queso es la tapa más típica (y deliciosa) de esta comunidad autónoma. Es frecuente mezclar el fuerte sabor de la anchoa con un queso suave o semicurado y una rebanada de pan blanco.
- País Vasco. Es complicado quedarse con una sola tapa en el País Vasco, precisamente porque la cultura del pincho se encuentra absolutamente extendida y la variedad de pequeños bocados deliciosos es inmensa. Sin embargo, si tuviéramos que quedarnos con uno, sería el bacalao al pil-pil, una elaboración hecha con bacalao desalado, ajo, guindilla y aceite de oliva.
- Madrid. Los callos podrían ser la tapa clave en Madrid, aunque no hay que olvidar el cocido o el bocadillo de calamares. Lo primeros están elaborados con tocino, garbanzos, morro de vaca, chorizo, morcilla, ternera... Una tapa sin duda calórica y contundente, pero igualmente deliciosa.
- Asturias. Si juntamos el chorizo asturiano con su deliciosa sidra, el resultado es una tapa típica para chuparse los dedos: los chorizos a la sidra se acompañan con un poco de pan, y están riquísimos.
- Aragón. Las croquetas de jamón y carne de Aragón son un bocado imprescindible y se podría decir que son las reinas indiscutibles del amplio abanico de tipos de croquetas que existe en nuestro país.
- La Rioja. El pincho de champiñones (cocinados con con jamón serrano, ajo y aceite de oliva) o las croquetas son dos grandes delicias riojanas que debes probar, además de sus deliciosos vinos.
- Galicia. Es difícil quedarse con una sola tapa en Galicia pero quizás las dos más destacadas y universales sean el lacón con grelos o el pulpo a la gallega, así como su deliciosa empanada, en todas sus versiones.
- Murcia. Si viajas a Región de Murcia, no debes de probar su tapa de carne magra con tomate, perfecta para tomar una caña fresquita y mojar pan.
- Extremadura. Las migas extremeñas son una tapa deliciosa: esta receta típica está elaborada con pimiento choricero, pan candeal, panceta, ajo, pimentón dulce y aceite de oliva.
- Castilla y León. Uno de los productos típicos de Castilla y León es la morcilla, que suele servirse como tapa. También encontramos las patatas revolconas con torreznos. Dos opciones calóricas y deliciosas para combatir el frío con un buen vino.
- Comunidad Valenciana. La paella también se sirve en tapa y, como no podía ser de otra manera, la Comunidad Valenciana es la reina cuando se trata de preparar este delicioso plato. Es frecuente que se sirvan tapas de arroz en sus distintos establecimientos al pedir una bebida.
- Cataluña. Pocas cosas son tan catalanas como un pan con tomate y jamón, una mezcla que sienta bien a cualquier hora del día y que casa perfectamente con una caña o con un vino tinto. Su mejor versión incluye pan payés, jamón serrano, tomate, aceite de oliva, ajo y sal.
- Canarias. El básico por excelencia en las Islas Canarias es la tapa de 'papas arrugadas' con mojo (verde y rojo). Se cuecen con piel y terminan de cocinarse con sal gorda y muy poca agua, a alta temperatura, hasta que su piel se arruga y contrae, dándole una textura crujiente y un sabor característico.
- Andalucía. El 'pescaito frito' en todas sus variantes es una de las grandes especialidades en Andalucía. La fritura es todo un arte que dominan a la perfección en esta comunidad autónoma y, una vez que pruebes estas delicias, tu nivel de exigencia con el pescado frito cambiara para siempre.
- Navarra. El pimiento relleno es la tapa por excelencia en Navarra, especialmente en su versión rellena de bacalao. Una combinación deliciosa perfecta para entrar en calor junto con un vasito de vino.
- Baleares. Nada como la sobrasada y el queso de Mahón si viajas a las Baleares: se trata de dos de las exquisiteces de este archipiélago, muy valoradas dentro y fuera de sus fronteras, y materia prima de deliciosas tapas. Entre ellas, lógicamente, la más conocida es la que combina ambos ingredientes sobre una rebanada de buen pan.
- Castilla-La Mancha. Los zarajos son la tapa típica de Castilla-La Mancha: consisten en intestinos de cordero lechal, pan blanco, ajo y aceite de oliva. Una mezcla contundente que puedes degustar con un bien vino o una cerveza.
Si estás pensando en la ausencia de clásicos como la tortilla, las patatas bravas o las gambas al ajillo en esta lista, su exclusión se debe a que se trata de tapas extendidas por toda España y, por tanto, no cabe relacionarlas exclusivamente con una autonomía.