Ya son seis los días que Pablo Sierra lleva desaparecido. Su familia no se explica lo ocurrido y pide ayuda ciudadana para dar con el paradero del joven, estudiante de medicina en Badajoz, ciudad donde se le vio por última vez.
Mientras, la Policía ha decidido suspender la búsqueda para recabar toda la información posible, sobre todo, la que pueda dar el teléfono móvil de Pablo. Este dispositivo, encontrado a siete kilómetros de la residencia universitaria en la que se alojaba es hasta ahora la pista más fiable. El objetivo es que a partir de él se puedan reconstruir las horas previas a la desaparición del joven.
La familia, desesperada, se ha trasladado desde Cáceres, donde residen, hasta Badajoz. Piden colaboración ciudadana para encontrar a Pablo. La ciudad pacense está empapelada con la foto del joven. Y todas las hipótesis, según la Policía, siguen abiertas.
Gran estudiante, trabajador y un buen chico, tal y como lo describe su familia, que asegura que Pablo no se marchó voluntariamente. "Pensaba marcharse con sus hermanos y con sus padres todo el puente", asegura su tía Susana Moreno.
De momento, las batidas de búsquedas se han paralizado de manera temporal, para centrar la investigación en su teléfono móvil, su habitación y buscar su imagen en las cámaras de seguridad de la ciudad.