La tercera ola parece que está remitiendo en toda España. A pesar de la caída de los contagios, los cuidados intensivos de los hospitales siguen llenos de pacientes con coronavirus. Muchos más que en olas anteriores. La media en las UCI es del 38 %, pero hay ocho comunidades por encima del 40. Una de ellas es Valencia donde aún hay demasiados pacientes y bastante preocupación. Los expertos llaman a la prudencia para evitar que los contagios y los ingresos hospitalarios vuelvan a subir otra vez.
Un ejemplo de lo duro que es permanecer ingresado por coronavirus es el de Elsa. Ella sabe bien lo que es estar metida en un hospital luchando contra el coronavirus. Ha estado más de 300 días ingresada, casi un año, y la mitad en la UCI. Elsa, tiene 53 años y su situación es especialmente delicada. Además del contagio, padece un linfoma y tuvieron que hacerle un trasplante de médula. Todo el Hospital Gregorio Marañón de Madrid se ha volcado con su caso.
Se ha ganado el apodo de 'SuperElsa', porque esta mujer ha superado todas las complicaciones posibles del covid. 310 días después, se va a casa. "Me he perdido la Semana Santa, el verano, mi marido...", se lamenta. Sin embargo, ella misma asegura que lo más duro ha sido estar un año sin ver a su hija que ahora mismo tiene 11 años y pensar en el sufrimiento de la familia: "Lo tuvieron que pasar muy mal". Su fortaleza ha ayudado a los médicos a lograr una recuperación contra pronóstico. "Elsa vive esto como si hubiera perdido un año pero lo que hay que decirle es que ha ganado una vida", comenta María Eugenia García Leoni, médico del hospital donde estaba ingresada.
Ha pasado por casi todas las unidades del hospital. Ha sido fundamental, la ayuda de los psicólogos. Todo el personal se ha volcado en su caso, como Sofía, enfermera de psiquiatría, que le ha hecho de peluquera. Ahora Elsa sale el día de su cumpleaños, del año que celebra que volvió a nacer.
La recuperación de los pacientes covid es un proceso largo y complejo. Especialmente para los que han pasado mucho tiempo en la UCI intubados. Sus órganos y músculos se atrofian, y el hecho de depender de ventilación mecánica obliga a estas personas a aprender de nuevo a respirar
Un claro ejemplo es el de Jorge que está aprendiendo a respirar. Tiene 42 años y lleva 40 días en la UCI. Por su parte, Juana está mejor pero todavía respira con dificultad. Los pacientes escuchan a su fisioterapeuta pero están muy desorientados. "Igual que no son capaces de ponerse en pie ni de caminar... Pues igualmente, no son capaces ni de hablar, ni de tragar, ni de respirar con normalidad", declara Noelia Mosquera, médico rehabilitador del Hospital de La Princesa de Madrid.
Cuando despiertan tras la intubación, tienen que aprender a vivir. Por eso, el trabajo es multidisciplinar. Intensivistas y médicos rehabilitadores en la UCI del Hospital de La Princesa, en Madrid, trabajan conjuntamente para ayudar a recuperarse a los pacientes covid. El tratamiento empieza ya cuando están sedados porque la atención precoz mejora la supervivencia. Así intentan reducir la mortalidad y las secuelas devastadoras que está produciendo el covid.