"Muchas gracias. Mercy beaucoup". Estas han sido las palabras más escuchadas entre los 139 inmigrantes, todos hombres jóvenes, mientras subían a los tres autobuses para llevarlos al alojamiento improvisado en bungalós de Maspalomas (Gran Canaria), tras la crisis creada al ser echados del muelle de Arguineguín.
Los autobuses fueron fletados de emergencia esta misma noche para responder a la situación que ha generado la salida de las 227 personas del campamento de Cruz Roja concentradas en Arguineguín, donde llevaban tres días. La Policía los instó a abandonar el lugar con el argumento de que habían superado las 72 horas previstas por la ley para ser retenidos.
El desalojo de los inmigrantes que terminaron directamente a la calle, sin recursos de acogida programado para ellas, cogió por sorpresa al Gobierno de Canarias, al Ayuntamiento de Mogán y a las ONG. El consistorio moganero, que dispuso de inmediato un transporte para que aquellos que quisieran se desplazaran a la capital, a Las Palmas de Gran Canaria, donde se encuentra el Consulado de Marruecos y la Delegación del Gobierno.
Varias decenas de ciudadanos acudieron a la plaza de la Feria y les ofrecieron agua, algo de comida y apoyo a los inmigrantes abandonados en medio de la calle. Algunos lo hicieron a título particular; otros en representación de organizaciones como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) o la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias.
De los más de 180 que llegaron por la tarde, han abandonado la plaza en autobuses supervisados por la Cruz Roja 139 personas, en tres grupos de 60, 36 y 43 que partieron rumbo a Maspalomas entre las 21.30 y las 22.40 horas, tras la solución de última hora de contratar otro de los complejos turísticos del sur de Gran Canaria que llevan tiempo vacíos por la crisis que ha provocado en el sector la pandemia de coronavirus.