Trágico naufragio de un pesquero gallego en la gélidas aguas canadienses de Terranova, en al Atlántico Norte. Se trata de una embarcación, el barco Villa de Pitanxo, con base en Marín, Pontevedra, de 50 metros de eslora y 24 tripulantes. Por el momento, se ha confirmado la muerte de 10 de los marineros, mientras que otros 11 siguen desaparecidos, según ha confirmado la Xunta de Galicia. Otros tres han podido ser rescatados con vida, a bordo de un bote salvavidas.
Los tres hombres presentaban un "shock hipotérmico", según ha apuntado la subdelegada del gobierno en Pontevedra, Maica Larriba. Lo que les ha podido costar la vida y que se habría producido debido a la baja temperatura del agua en la zona del naufragio. Pero, ¿Qué es un shock hipotérmico?
El shock hipotérmico es una lesión grave potencialmente mortal que se presenta cuando el cuerpo no está recibiendo un flujo de sangre suficiente. Es decir, cuando no hay suficiente suministro de sangre y oxígeno a los órganos y tejidos, lo cual hace que el daño pueda ser irreversible. El shock puede causar baja presión, insuficiencia cardiaca y del sistema respiratorio y ser un inminente peligro para la vida.
En el caso de un shock hipotérmico, este se debe a la pérdida extrema de temperatura del cuerpo, a gran velocidad. El cuerpo pierde temperatura más rápido de lo que puede llegar a producirla, haciendo que la media -37 ºC- pueda descender incluso, en un caso extremo, por debajo de los 30 ºC. Un descenso desmesurado que puede ocasionar la muerte.
En el caso de los marineros rescatados, sufrieron el shock hipotérmico al entrar en contacto con las heladas aguas. De momento, no se conoce las lesiones que han podido sufrir, pero en casos de extrema hipotermia, a los afectados se le pueden llegar a congelar los tejidos corporales, lo cual conllevaría a la putrefacción y muerte del tejido por interrupción del flujo sanguíneo (gangrena).
Las aguas de Terranova son bien conocidas y respetadas por los pescadores gallegos. Las surcan desde hace más de cinco siglos, cuando los portugueses descubrieron este enorme y peligroso caladero plagado de icebergs. El hielo es la gran enemigo de estos barcos. Hasta bien entrado el siglo XX aquí solo se podía navegar en verano. "Si un marinero cae al agua, es difícil sobrevivir", reconocen los marineros.