La medianoche de este sábado habría tenido lugar el tradicional encendido de la Feria de Abril. La suspensión de la misma va a originar perdidas millonarias, aunque los pequeños negocios han buscado la manera de no tener demasiadas pérdidas. Y es que muchos ofrecen sus productos para llevar la feria a los balcones de casa.
Este año la feria se celebra a domicilio. Caseta improvisada en el jardín a la que no le falta detalle, ni cante, ni baile, y eso que la fiesta no ha hecho más que empezar. Si no se encienden las más de 200.000 bombillas del Real, no quiere decir que en Sevilla no vayan a celebrarlo, aunque sea en cuarentena.
Pese al obligado confinamiento, no es difícil encontrar las calles de la ciudad engalanadas con ambiente feriante. Precisamente, en el barrio sevillano de Triana sus balcones se han llenado de los tradicionales mantoncillos y los aplausos de las 20:00 horas, dedicado a los profesionales sanitarios, suenan al ritmo de sevillanas y castañuelas.
No habrá caballos pero sí el tradicional 'pescaito' a repartir. Y un poco de manzanilla o rebujito. Esta vez los farolillos no adornan un ferial apagado, pero sí las calles de la ciudad. Los propios vecinos lo han hecho. Y desde los balcones se inspira a los feriantes. Hasta las mesas y sillas tradicionales han podido llevarlas a casa. Ahora sólo queda echarle imaginación y esperar.
Fue la pasada semana cuando el Ayuntamiento de Sevilla acordó el desmontaje de las casetas después de que el alcalde, Juan Espadas, ya anunciara que se planteaba un formato para septiembre diferente al de una feria al uso. Las declaraciones del Gobierno central sobre una lenta desescalada han confirmado al Ayuntamiento que "no hay garantías" para la celebración de ningún de evento de ese tipo.