Lavar la ropa antes de su estreno o su primer uso es imprescindible. Las prendas pasan por muchas manos y materiales desde que se crean hasta que llegan a nuestras manos. Al tener tanto recorrido es inevitable que estas prendas tengan gérmenes y puedan, incluso, transmitir algunas enfermedades, según Salud180. Por ello, te damos seis motivos para lavar la ropa antes de estrenarla.
La ropa recién adquirida puede tener una gran cantidad de gérmenes y transmitir enfermedades. Además, también pueden contener productos químicos e, incluso, restos menstruales, según una investigación realizada por Philip Tierno, director de microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.
Los gérmenes pueden habitar en la ropa hasta meses. Si has estado enfermo y vas de compras al poco tiempo de recuperarte, puedes transmitir a la ropa que tocas o te pruebas gérmenes que aún perduran en tu cuerpo, pudiendo contagiar a otra persona.
Durante el proceso de producción y fabricación de la ropa y las telas que la componen se utilizan químicos. El algodón, por ejemplo, se pulveriza con pesticidas en el campo y después se mezcla con fibras sintéticas muy empleadas en la ropa como el poliester o el nylon, que están compuestos por productos químicos. Para eliminar todos estos componentes, que pueden ser tóxicos, es necesario lavar la ropa.
La Organización de Consumidores y Usuarios defiende que la ropa estampada, más colorida o de color intenso tiene mayor riesgo de contener sustancias nocivas. Esto puede ser perjudicial, sobre todo para quienes tienen la piel sensible o alérgicos, ya que son más propensos a irritaciones.
Silvia Matute, del Hospital de Clínicas Caracas, defiende que todas las mujeres deben lavar la ropa interior antes de usarla. Esto es porque se han encontrado anomalías en los pechos de varias pacientes, producidas por un virus desconocido que afecta rápidamente de forma muy agresiva. El posible origen de este virus pueden ser los sujetadores.
Las prendas de las grandes tiendas donde solemos comprar están hechas en diferentes partes del mundo y reposan en bolsas y cajas. Además, están expuestas a una cantidad de excremento de animales, por lo que el riesgo de transmisión de enfermedades es aún mayor.