La infección de SARS-CoV-2 en embarazadas aumentó las cesáreas y disparó los partos prematuros en la primera ola de la pandemia, según un estudio liderado por el Hospital General Universitario Gregorio Marañón y la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
En concreto, según el estudio publicado en BMC Pregnancy and Childbirth, la tasa de cesáreas alcanzó el 36,2 % (lo habitual en España ronda 22 %) y la de partos prematuros subió al 20,6 % (la media es 7%).
"La infección de SARS-CoV-2 puede suponer una mayor morbilidad para la mujer embarazada si se desarrolla neumonía, con distintos perfiles de gravedad", advierte Itziar Carrasco, investigadora de la Facultad de Medicina de la UCM y del Servicio de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Gregorio Marañón.
Los cambios anatómicos, fisiológicos e inmunológicos que acompañan al embarazo pueden aumentar la susceptibilidad de la mujer embarazada a los virus y aumentar el riesgo de desarrollar neumonía grave por SARS-CoV-2.
Esta infección puede obligar a trasladar a la paciente a la UCI o a intubarla, dos situaciones que en el caso de las embarazadas ponen en riesgo su vida y la del bebé.
El estudio, liderado por Marisa Navarro, directora del Grupo de Investigación en Infecciones de la Población Pediátrica del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón, se realizó entre el 15 de marzo y el 30 de julio de 2020 en 13 hospitales españoles.
Participaron 105 mujeres embarazadas y diagnosticadas de covid-19 con una edad media de 34 años y 107 recién nacidos. El 30,8% de las gestantes padecieron neumonía y el 4,8% ingresaron en la UCI con necesidad de ventilación mecánica.
Todas las PCR efectuadas a los recién nacidos fueron negativas al nacer y una dio positivo a los 15 días de vida, y dos bebés murieron, uno por causas relacionadas con la prematuridad y otro por muerte súbita inesperada durante el contacto piel a piel temprano después del parto.
"El estudio supuso todo un reto al necesitar muestras de las mujeres embarazadas infectadas en el momento del parto, como sangre y placenta, en un momento en el que la situación era completamente desconocida y había mucha incertidumbre sobre las posibles vías de transmisión", reconoce Carrasco.
La investigación pudo hacerse con el apoyo de todo el personal asistencial, enfermería y matronas del Servicio de Microbiología del Hospital Gregorio Marañón y el Biobanco, así como los Servicios de Obstetricia, Neonatología e Infectología Pediátrica del Hospital Gregorio Marañón.
El grupo continúa su línea de investigación analizando las olas posteriores desde julio de 2020, en las que ya han advertido "menos impacto y morbilidad" en las embarazadas, gracias al mayor conocimiento del virus y al anticipo de medidas de seguridad.