Sanidad ha dado a conocer este miércoles su Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) 2019-2021. Un periodo en el que pretende frenar el excesivo consumo de antibióticos revisando el formato de los envases y fomentando la utilización de los de menor tamaño posible para evitar cantidades sobrantes.
Aunque la mayoría de los formatos de los antibióticos comercializados en la actualidad se han adecuado a la duración de los tratamientos más habituales en la población, no se ha logrado fomentar el uso de los formatos más pequeños necesarios para el tratamiento de infecciones comunes. Además, el avance en el conocimiento del tratamiento de las infecciones ha permitido obtener evidencias que respaldan la recomendación de tratamientos de menor duración en ciertas patologías.
Con el fin de evitar los excedentes de antibióticos en los domicilios, se pretende volver a revisar los formatos de los envases y evaluar su adecuación a las recomendaciones actuales de los síndromes infecciosos más prevalentes en la comunidad. Por ello, es importante también elaborar una lista de envases deseables (envases unitarios/menores unidades) que se adapten a las duraciones de tratamiento recomendadas.
Sanidad hace hincapié también en la importancia de fomentar la prescripción diferida. Esta medida no sólo contribuye a reducir el uso de antibióticos cuando no sean necesarios, sino que fomenta la educación y el conocimiento del paciente sobre el uso adecuado de los antibióticos. Una medida que ha demostrado su eficacia y seguridad en medicina ambulatoria. El objetivo es favorecer el uso de la prescripción diferida en aquellas situaciones y pacientes donde exista evidencia favorable de esta intervención, es decir, que el paciente solo adquiera y use el fármaco si los síntomas empeoran al cabo de unos días.
Sanidad pone el foco en reducir el consumo de antibióticos por debajo de la media europea con veinte dosis diarias. El uso inapropiado e indiscriminado de estos medicamentos contribuye a que se tenga una mayor resistencia a los mismos, causando un gran impacto clínico, epidemiológico y microbiológico.
Y es que la aparición y propagación de las infecciones causadas por bacterias que son resistentes al tratamiento con antibióticos constituye una de las amenazas más graves a las que se enfrenta la salud pública.