La salud, el plato estrella en restaurantes y comercios de todo tipo
Los accesos de los comercios se blindan con medidas anticontagio
Dentro de los establecimientos se mantiene el contacto al mínimo
Hosteleros y comerciantes de todo el mundo están adaptando sus negocios a esta nueva era después del virus. Desde los centros comerciales hasta los mercadillos al aire libre, se toman medidas de seguridad para evitar posibles contagios.
Estamos en el mercadillo de Malgrat de Mar en Barcelona. En lugares como éste no es nada fácil poder mantener la distancia de seguridad porque el espacio es reducido. Se ha optado por una distribución con vallas que convierten las posibles aglomeraciones en una hilera ordenada. Antes de entrar, los clientes deben pasar por un control de acceso donde los agentes les toman la temperatura y también comprueban que todos entren con mascarilla. También cuentan el número de personas que hay en la plaza para evitar aglomeraciones. Toca cultivar la paciencia y cuesta hacerse a las nuevas reglas todavía, pero lo que tienen claro es que con la salud no se regatea.
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Pendientes de pasar a la fase 2, en el centro comercial Puerto Venecia de Zaragoza, el más grande de España, ensayan su óptima reapertura para la desescalada. Además del control del aforo, todos los establecimientos contarán en sus accesos con personal de vigilancia, gel hidroalcohólico, guantes, mascarillas y alfombras desinfectantes.
Los bares y restaurantes ahora más que nunca están en el punto de mira de las autoridades sanitarias y los propietarios ya se están poniendo las pilas. En una terraza de Alicante, antes de sentarse a comer, hay que que pasar sí o sí por un túnel de desinfección de ozono y luz ultravioleta. Además, para evitar colas de espera se reparte a los clientes un busca que les avisa a una distancia de 600 metros de cuándo está la mesa lista.
La sofisiticación para la seguridad se extiende por todo el mundo. Para ofrecer la máxima seguridad a sus clientes, en un restaurante de Francia se ha optado por usar campanas de plástico que mantienen aislados a los comensales en una misma mesa. Los diseñadores han recibido pedidos de varios países. Por otras parte, en Ucrania se utilizan burbujas para separar unas mesas de otras.