En verano los pies sufren mucho debido a las altas temperaturas, a que nos gusta andar descalzos, a la arena de la playa o al cloro de la piscina o por el uso de sandalias… A veces, nuestros pies se resiente y aparecen enfermedades o dolencias como hongos, ampollas, grietas… Las claves para tener unos pies sanos en vacaciones pasa por mantenerlos hidratados, cortarse correctamente las uñas y usa chanclas en piscinas y duchas públicas.
A continuación te detallamos cómo hay que mimar a los pies para que se mantengan sanos también en verano:
Con el calor, los pies se resecan y pueden aparecer durezas que, a veces, pueden infectarse. Para evitarlo hay que hidratarlos a diario. “Igual que nos echamos crema hidratante en las piernas tras un día de sol en la playa o la piscina, debemos hidratar nuestros pies y uñas”, nos comenta la podóloga Paola Buitrago. Si esa sequedad acaba en grieta, desde la Sociedad Española de Biomecánica y Ortopodología (SEBIOR) recomiendan una emoliente a base de urea.
Es fundamental evitar las uñas encanadas y para ello los podólogos explican que hay que cortarse las uñas de forma recta. “Si lo hacemos redondeándolas, se pueden terminar clavándose en el dedo”, dice Buitrago. Es lo que se llama uña encarnada. Además de doloroso puede hacernos una herida importante.
En verano los pies se hinchan y resulta más fácil que la uña se encarne. Por eso, es recomendable el uso de un cortaúñas y descartar las tijeras.
En verano, nos apetece enseñar los pies, sobre todo si los tenemos bonitos y cuidados. Sin embargo, los podólogos recomiendan no abusar de las chanclas y sandalias, sobre todo si son planas, dice Buitrago. La piel sufre más por el roce. El zapato adecuado en verano es el que tiene una sujeción del pie cercana al tobillo, que sujete también el talón y con arco interno. El material debe ser transpirable y el tacón, de unos dos o tres centímetros, según SEBIOR.
En vacaciones es más fácil coger hongos y otras enfermedades del pie porque solemos ir a piscinas, vestuarios o duchas públicas. Si pisamos descalzos en sitios como estos es común la aparición de hongos e infecciones como el pie de atleta o papilomas. Por eso la podóloga señala que hay que usar chanclas o calcetines de látex.
Tampoco es aconsejable estar descalzo en lugares con aguas estancadas o en habitaciones de hoteles, especialmente si tienen moqueta. Y nunca hay que compartir toallas ni calzado.
Los pies también necesitan protección solar. Cuando vamos a la playa o a la piscina nos olvidamos de echarnos crema protectora en los pies. Ellos también se queman, sobre todo el empeine.
La hiperhidrosis es el exceso de sudoración y puede provocar una maceración de la piel, que la reblandece y genera grietas que se pueden infectar. Por eso, los expertos insisten en secar muy bien los pies, también entre los pliegues, usar autotranspirantes si fuera necesario y calcetines de algodón.
Las personas con diabetes y problemas circulatorios deben prestar especial atención al estado de sus pies y seguir más estrictamente los consejos de los podólogos. Por último, Buitrago aconseja que todos visitemos al podólogo una vez en el verano para una revisión.