Con el verano llega el momento de extremar las precauciones respecto a la manipulación de alimentos. En estas fechas es más fácil contraer la salmonelosis, una bacteria que se encuentra en alimentos como la carne de ternera, los huevos o la leche. Para evitarlo nada mejor que una buena higiene y una refrigeración adecuada.
Normalmente se produce por contaminación cruzada. Tocas un huevo con las manos que esté sucio, no te das cuenta y al tocar otro producto ya queda contaminando. Se trasmite a través de las heces y los síntomas, son similares a los de una gastroenteritis: diarrea líquida, profusa, dolor abdominal, vómitos, dolores musculares y malestar general.
Es importante lavar con esmero las verduras, siempre antes de cortarlas, y el huevo es mejor abrirlo en un recipiente distinto al que lo batimos. No es buena idea lavar el huevo antes de meterlo en la nevera ya que si lavas el huevo es poroso y la salmonela se mete dentro produciendo una contaminación en el interior del huevo. Mantener los productos bien refrigerados y una adecuada higiene en la cocina son esenciales para librarnos de una bacteria que provoca el 25% de las infecciones intestinales.