Los Reyes, como son Magos, venir, van a venir, y más este año. Eso sí, las Cabalgatas, como tantas cosas, tendrán que no ser o ser diferentes. Muchos ciudadanos apuestan por no celebrarlas y evitar contagios, algunos apuntan al riesgo de que, por ejemplo, "los hijos pasen la covid a los abuelos. Un precio muy caro".
En Barcelona, sus majestades llegarán, como siempre, al puerto, pero no desfilarán por las calles. Sus ayudantes si estarán unos días recogiendo cartas en un espacio seguro de 10.000 metros cuadrados. "Tendrá que ser con reserva, no podrá ser totalmente abierto. Pero los niños y niñas de Barcelona pueden estar tranquilos porque como Ayuntamiento estamos en contacto permanente con los Reyes Magos", señala la alcaldesa Ada Colau.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Madrid ya decidió el mes pasado suspender la celebración de las cabalgatas de Reyes Magos que habitualmente se celebran en los distritos de la capital, al considerar que "suponen una concentración de personas que puede favorecer situaciones con riesgo de contagio". El consistorio sigue evaluando si hará lo mismo con la que recorre las calles del centro de la capital.
En cuanto a las campanadas, cuando nos tomemos las uvas, no se podrán celebrar en multitud y con la familia deberemos tener precaución respecto a las medida sanitarias. La autorresponsabilidad será el mejor regalo para los nuestros.
Numerosos expertos hacen un llamamiento a la población y piden que sean unas Navidades domésticas, que se haga un esfuerzo por pasarlas en casa. Hay que buscar alternativas para compartir los tradicionales momentos con nuestros seres queridos. De otra manera, podríamos estar ante otro pico de casos a partir de enero.