Los resultados definitivos de la autopsia de Olivia, la hermana mayor de las niñas de Tenerife presuntamente asesinadas por su padre, Tomás Gimeno, siguen retrasándose. Lo que iban a ser solo dos semanas para conocer los datos toxicológicos, biológicos e histopatológicos se ha convertido ya en un mes y no hay noticias de que se vaya a conocer en breve, informa ABC.
El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias forenses, en su sede de La Laguna, realizó la autopsia al cadáver de Olivia el pasado viernes 11 de junio. El informe posterior informó de que falleció "de muerte violenta, con etiología médico-legal compatible con homicidio, siendo la causa inmediata compatible con edema agudo (acumulación anormal de líquido) de pulmón".
Para determinar con mayor exactitud las causas reales que provocaron ese edema agudo de pulmón, quedaba pendiente de los resultados aportados por estudios químico-toxicológicos, biológicos e histopatológicos.
El propio organismo informaba de que esos resultados estarían disponibles en dos semanas como máximo, algo que, un mes más tarde, aún no ha ocurrido.
Para evitar especulaciones, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) emitió un comunicado en el que subrayaba el hecho de que la causa inmediata de la muerte haya sido "compatible con edema de pulmón agudo" no permite en ningún caso aventurar hipótesis como el ahogamiento o la inhalación de tóxicos.
La dirección de la institución advertía así de que las conclusiones "están pendientes de estudios químico-toxicológicos, biológicos e histopatológicos sobre las muestras tomadas".
Hay que recordar que el cuerpo sin vida de Olivia fue encontrado el pasado jueves 10 de junio durante los trabajos de rastreo que realizó el buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño'.
Los restos aparecieron a unos mil metros de profundidad, a unas tres millas de la costa de Santa Cruz. Fueron hallados envueltos en una manta, en el interior de una bolsa de basura y dentro de una bolsa de deporte que fue amarrada a un ancla por medio de una cadena y un cabo, quedando depositada en el fondo del mar.
La acumulación de pruebas junto a los datos preliminares de la autopsia llevaron a los investigadores a apuntalar los indicios iniciales de que Gimeno asfixió a sus hijas y las introdujo en los petates que luego transportó al puerto y a su lancha. De hecho, tras volver a la casa de sus padres, ese 27 de abril, nadie volvió a ver con vida a las pequeñas.