Macarena Giménez padece una parálisis cerebral espástica. Por ello, es tetrapléjica, tiene las caderas luxadas, sufre brotes psicóticos y ciega de un ojo y apenas ve con el otro. La joven tiene reconocida una discapacidad del 94% y el grado III de gran dependencia.
La madre de Macarena tuvo que dejar de trabajar para cuidar a su hija y junto a su marido. Por ello, en diciembre de 2006 se asignó a Carme, como se llama la progenitora, una prestación como cuidadora no profesional de más de 500 euros, que pasó a 442 con la llegada de la crisis.
La familia, por lo tanto, solo cobraba las pensiones contributivas y la de invalidez de la joven. Ahora, tal y como ha denunciado la familia en Rac 1, la Direcció General de Protecció Social de la Generalitat de Catalunya ha decidido bajársela hasta los 36,30 euros.
En las tres cartas que la familia ha recibido con la resolución no se explica la razón, más allá de aportar los fundamentos jurídicos que motivan la decisión que remitan a la ley. Por ello, han presentado esta semana recurso contra la última de las resoluciones. Sin embargo, la abogada no se muestra muy optimista de que ese prospere. “Es una valoración subjetiva de un técnico de Servicios Sociales y esto será muy difícil de cambiar”, ha asegurado.
La familia de Macarena vive en una casa que no está habilitada para minusválidos. “Hace 22 años que pedimos ayuda al Ayuntamiento para poder acceder a un piso de protección oficial adaptado para minusválidos, pero todavía no hemos recibido respuesta”, afirma.
Por ello, en la actualidad viven en un piso de 40 metros cuadrados que dispone de una sola habitación. “Yo duermo en la habitación junto a Macarena y mi marido duerme en el sofá”, ha contado Carmen. Además, la vivienda se encuentra en un primer piso sin ascensor.