A menos de un mes para que concluya el 9 de mayo el estado de alarma, el Gobierno reitera que las comunidades autónomas cuentan con leyes ordinarias suficientes para abordar el control de la pandemia sin necesidad de un nuevo estado de alarma.
Así lo ha vuelto a subrayar este lunes la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, antes de que el presidente vasco, Íñigo Urkullu, solicitara que se prorrogara.
"El estado de alarma no depende de que se pida o de que alguien presione", sino de la evolución de los datos, porque la restricción de derechos no es un elemento deseado", ha aseverado Montero quien, no obstante, no ha descartado "cuando llegue el momento" y en función de la incidencia acumulada, decidir si hay o no que prorrogarlo.
Ya el pasado viernes, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, recordó que cada estado de alarma "ha costado sudor, por no decir más cosas, sacarlo adelante".
"Ahora la realidad es la que es", añadió Ábalos, antes de apostar por no insistir en un "debate reiterativo" sobre su vigencia y sí por seguir trabajando en el entendimiento entre administraciones y la cogobernanza.
Sin embargo, para el presidente del País Vasco, Íñigo Urkullu, es "necesario" mantener el estado de alarma porque las comunidades autónomas necesitan garantías jurídicas.
En una entrevista en Radio Euskadi ha advertido de que hasta que no llegue la inmunidad de rebaño, la pandemia va a existir durante muchos meses.
Mientras tanto, la incidencia acumulada en Euskadi sigue al alza, por lo que Bilbao y la provincia de Gipuzkoa se cerrarán perimetralmente durante una semana y se unirán al cierre que desde el miércoles está en vigor en Álava y Vitoria.
De esta manera se limitará la movilidad en estas dos provincias y sus capitales, así como en otros 27 municipios (3 más que la semana pasada), donde solo se podrá entrar y salir por razones de trabajo, estudios y algunas excepciones, y donde la hostelería verá limitada su actividad en el interior de los establecimientos.
Otras comunidades autónomas tampoco están dispuestas a ceder terreno a la expansión del coronavirus y algunas, como Cantabria, vuelven a blindarse de nuevo con más restricciones. Así, a partir de esta medianoche y durante 30 días, cerrará el interior de la hostelería y reducirá aforos en deporte, cultura y eventos como bodas.
El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha detallado esas nuevas medidas, que ha recordado que son las que fija la comisión nacional de salud pública, y que ha señalado que se prolongarán durante 30 días, porque para flexibilizarlas habrá que reducir los datos de incidencia durante 14 días seguidos.
Rodríguez ha insistido en que todas las medidas son "revisables", pero ha asegurado que para reducir el nivel de alerta y, por lo tanto, flexibilizar las restricciones, Cantabria tiene que tener los indicadores de incidencia de la enfermedad a niveles bajos durante 14 días.
También Castilla y León endurece sus medidas tras constatar un incremento en los indicadores de contagios, de forma que el número de municipios con cierres del interior de la hostelería y locales de juegos aumente a partir de mañana hasta los 30, entre ellos Salamanca, Burgos, Palencia, Segovia, Soria y Valladolid.
De este modo, seis de las nueve capitales de provincia de la Comunidad tendrán cerrado el interior de bares y restaurantes durante la próxima semana -sólo se libran León, Zamora y Ávila-, ya que el plazo dado para cinco de ellas acabará el próximo martes.