Jorge Palma llega a la escena del crimen callado, no abre la boca. Lo único que hace es estar presente. Permanece sentado en el sofá de la vivienda. No colabora y los abogados de la familia de Marta creen que no está arrepentido.
Su abogado explica que hoy no tiene por qué hablar. Los primeros en actuar son los perros, es la primera vez que entran en la casa ya que no se habían podido llevar antes.
Estos van a corroborar si la versión de Jorge es cierta. Por eso trabajan en la planta baja donde Jorge declaró que descuartizó a la víctima. Nada más entrar, el perro marca en el tránsito hacia la calle. Señala el recorrido por donde arrastró las bolsas con el cuerpo de Marta para sacarlas de casa.
En el baño de abajo hay un plato de ducha donde según su versión descuartizó el cuerpo. El perro marca de nuevo, en el plato y en la pared.
Llevan un reactivo diferente al de la otra inspección. Además, entonces no buscaban huellas de un cuerpo descuartizado. Ahora tienen su confesión. Tendrán que levantar el plato de ducha y buscar el sumidero.
Jorge Palma compró ácido, un desatascador de tuberías, y dijo que lo usó. La compra está acreditada y su uso se comprueba hoy. Aun así, podrán hallar restos biológicos que no fueron arrastrados por la cañerías, el bote sifónico está en el patio. También levantarán ese suelo para continuar con la investigación y hallar el paradero del cuerpo de Marta Calvo.