"Es una actitud vital positiva a pesar de las circunstancias difíciles y representa el lado positivo de la salud mental. Consiste también en saber aprender de la derrota y transformarla en oportunidad de desarrollo personal", detalla Rafaela Santos, presidenta del Instituto Español de Resiliencia.
La neurociencia constituye un sustento importante de los trabajos en resiliencia puesto que aporta la base científica que muestra que el cerebro humano es capaz de adaptarse a los cambios a través de la plasticidad neuronal. "Esa 'adaptabilidad' del cerebro permite al ser humano tener fe en el futuro y superar situaciones en las que parece no existir salida", señala Santos.
Santos explica que su trabajo en esta línea comenzó hace ya más de 15 años en personas que habían pasado por un gran trauma como catástrofes, terrorismo o violaciones, situaciones todas ellas que suelen producir estrés postraumático. La psiquiatra apunta que en los últimos cinco años han aumentado las consultas de personas afectadas por síntomas parecidos pero con una problemática más común como una pérdida de trabajo o una ruptura sentimental.
En este sentido, el desarrollo de una mayor resiliencia y ser conscientes de la existencia de esta capacidad humana suponen una oportunidad para superar los retos que se presentan en el día a día y estar preparado ante esos dos o tres acontecimientos traumáticos que se presentan en la vida de toda persona y que pueden llegar a 'romperla', en palabras de la psiquiatra.
Como norma general, la especialista señala que las áreas en las que se trabaja para superar el trauma son cuatro: la aceptación de la realidad, la adaptación o reformulación de la vida tras el trauma, la construcción de una red social de apoyo y la búsqueda de un sentido o propósito en la vida.
Por ello, la doctora Santos propone 12 consejos sencillos para que la sobrecarga laboral y la presente en otros ámbitos de la vida no anulen las posibilidades de vivir con plenitud el día a día:
1. Reflexiona sobre qué es lo que de verdad te importa y vuelve a orientarte a tus objetivos vitales.
2. Desconecta al llegar a casa para conectar con tu familia o amigos.
3. Proponte pistas de frenado auténticas cada fin de semana para regular el estrés y mantener las amistades.
4. No admitas en tu vida las quejas. Son improductivas y pierde calidad tu personalidad.
5. Enfócate en el área de influencia en vez de en el área de preocupación para eliminar cuanto antes los conflictos.
6. Aprende a sonreír y manejar la comunicación asertiva y no violenta ante los conflictos.
7. No te dejes invadir por la inmediatez. Vivir pendiente de los mensajes va en detrimento de la calidad de vida personal y laboral.
8. Crea un espacio de paz donde poder pensar y recuperar tus coordenadas vitales ante la prisa y el estrés.
9. Evita las discusiones mediante inteligencia emocional: inteligencia para saber a dónde voy y empatía para entender al otro.
10. Mantén la forma física: alimentación sana, sueño adecuado y hacer ejercicio con regularidad.
11. Practica la 'ecología informativa': no difundas malas noticias gratuitamente.
12. Dedica tiempo a tus amigos de siempre y cultiva tus aficiones.