Si hay un regalo que muchos ancianos ansían recibir estas Navidades es poder volver a abrazar a sus seres queridos. Hasta que eso ocurra, hay inventos que facilitan el reencuentro entre familiares de forma segura. Es el caso de la 'burbuja de los abrazos'. Se trata de un túnel inflable elaborado con varias capas de plástico transparente que evitan la transmisión de cualquier virus.
En uno de los extremos, dos mangas preparadas para las visitas ayudan a que el contacto parezca más real. La 'burbuja de los abrazos', como la han bautizado en esta residencia de la localidad francesa de Jeumont, permite a las personas mayores recuperar parte del tiempo perdido por la pandemia.
A sus 97 años, Colette Dupas, charla animadamente con sus hijas tras permanecer meses aislada. El personal del centro asegura que el sistema está lejos de ser perfecto, pero que ayuda a calmar la ansiedad de los mayores y les reconforta. Porque el mejor remedio contra la vejez empieza con una caricia.