En la imagen podemos ver a una ladrona feliz, pletórica. A continuación a un caco orgulloso que se alivia el calor con un abanico de billetes de 500, 100 y 50 euros, y después lo muestra a sus seguidores en redes sociales, contándole el éxito de su golpe, y por último a un copiloto que hace directos jactándose de lo bueno que es robando empresas. En Barcelona, los Mossos han desmantelado a una peligrosa banda de aluniceros. Delincuentes bosnios y croatas, que asaltaron al menos 28 almacenes de material audiovisual, con un botín de más de 450.000 euros.
“Hacían ostentación de ese dinero, también de algunos objetos que sustraían y eso se ha aportado como prueba”, nos dice Jonatan Herrera, jefe del área de investigación del patrimonio de los Mossos. “Hemos calculado durante la investigación de los hechos imputados, medio millón de euros en material sustraído, pero tenemos denuncias previas, antes de poder detectar este material, de un millón de euros en un solo robo”.
El modus operandi de esta feliz banda de rateros especializada en tecnológicas era, primero empotrar vehículos para abrir las naves, “con placas falsas que les colocaban, o coches que tenían a nombres de un testaferro que detectamos que tenía hasta cuarenta y dos vehículos que ponía a disposición de esta organización criminal”, y una vez dentro reventar las puertas y arramblar sobre todo con cámaras, trípodes y ordenadores.
“Buscaban el lucro máximo en el menor tiempo posible. Seleccionaban empresas informáticas y audiovisuales por el material que podían colocar rápidamente”, apunta Jonatan. Los 12 miembros de la banda de bosnios han sido detenidos, “solo una persona que se dedicaba a facilitarles vehículos no ha entrado en prisión”. Ahora seguro se lo pensarán un poco antes de volver a ser reporteros del robo.