Las fotos de Pamela, asesinada por su pareja en Cambrils, con el cuerpo completamente destrozado por los golpes, producen una brutal congoja. "A mi hija me la han traído desfigurada completamente, no parecía ni ella, estaba desfigurada completamente, solo se le reconocía el piquito del labio y su nariz", nos dice Francisca Salgado su desconsolada madre, que ha enterrado a su hija esta semana.
Su verdugo confeso, el hombre con el que llevaba tres años conviviendo en una casa de Cambrils, en Tarragona. Él tiene 53 años, ella tenía 25. En esa vivienda estaban de ocupas. La asesinó según el mismo contó a los Mossos el viernes pasado. ¿Cómo? Nos lo explica Manolo, que vive pared con la casa en la que vivía Pamela. "Eran las cinco y poco de la madrugada, oímos un rugido, un ruido angustioso, y luego un fortísimo golpe en el suelo. Para mí que es como si se hubiese caído un cuerpo".
Fueron tres años de infierno, que llevaba tatuados en su propia piel, anulada, aislada de su familia. "Me llamaba incluso a las dos de la mañana, a la tres, mamá llama a los Mossos que me mata, se me ha colado por el patio de atrás. Mamá por favor. Yo le decía hija enciérrate en el baño que ahora mismo van los Mossos para allá", nos cuenta su madre. "Vivía cohibida y con miedo encima, porque no podía venirse, ni podía pedirnos ayuda, porque la tenía amenazada con matar a su familia", continúa entre lágrimas, "por protegernos a nosotros, ha dado su vida por protégenos a nosotros, ha dado su vida".
Ahora él se encuentra en prisión comunicada y sin fianza en la prisión de Tarragona y a Francisca ahora solo le queda el recuerdo de su hija, que no nos enseña en fotos. Pamela, una nueva víctima de la violencia machista.