Dos senegaleses que se encontraban en situación irregular en el país fueron las dos únicas personas que intentaron salvar la vida de Samuel Luiz, el joven de 24 años al que mataron en A Coruña tras darle una terrible paliza en grupo. Con extrema violencia y crueldad, los agresores le propinaron todo tipo de golpes y patadas en la cabeza, donde según la autopsia tenía una herida de 10 centímetros, hasta causarle la muerte.
Solo Ibrahima Shakur, –un senegalés de 35 años que vivía en España vendiendo en la calle para sobrevivir mientras esperaba que se arreglasen sus papeles para poder ser marinero–, junto a otro compatriota, intercedieron para intentar frenar la paliza mortal.
Ambos, además, tras haber intentado salvar la vida del joven, han colaborado en la investigación policial a riesgo de ser deportados. Sin embargo, del mismo modo en que no dudaron a la hora de intentar ayudar a Samuel, sabían que su testimonio era clave para hacer justicia.
Hoy, su comportamiento ejemplar, que fue también agradecido con abrazos por parte de la familia del fallecido, así como de sus amigos, ha sido recompensado y la situación de ambos ha sido regularizada.
De este modo, se cumple lo que ya avanzó el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, quien manifestó que esperaba que pronto se pudiese regularizar su situación porque “se conoce en la investigación de los hechos que fueron dos de las personas que intermediaron, además con un papel activo, en la violenta paliza”, y, por tanto, “es un acto de reconocimiento” que, subrayó, creían que “es de derecho”.
Mientras, la investigación por la paliza mortal continúa: por el momento hay tres detenidos y dos en un centro de menores, al tiempo en que la única mujer acusada de estar también implicada sigue en libertad con cargos, teniendo que presentarse periódicamente en el juzgado. No obstante, no se descartan más detenciones.
De hecho, los dos senegaleses que intentaron frenar la paliza aseguran que hay más implicados; que hubo más agresores que participaron en el aluvión de golpes propinados al joven.
Según los primeros indicios, las investigaciones apuntan a que todo podría haber comenzado porque dos de los atacantes creyeron que Samuel y su amiga, que en ese momento realizaban una videollamada, los estaban grabando durante una pelea de pareja. Después, presuntamente a ellos se unieron otros amigos de estos últimos, implicados en la paliza que acabó con la vida de Samuel.