La recuperación completa del incendio del centro de Gran Canaria tardará "al menos 20 años"
Aún se desconoce el origen del incendio
"La extinción tiene que tener efecto, pero con mínimos riesgos"
Para dar por extinguido el fuego puede tardar "semanas o algún mes
La recuperación completa de la vasta extensión afectada por el incendio que afecta al centro de Gran Canaria, desde Valleseco hasta el Parque Natural de Tamadaba, podría prolongarse "al menos 20 años" una vez que logre ser controlado y extinguido por completo, un proceso que podría llevar semanas e incluso "algún mes". El decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas Briales, ha destacado la importancia del Parque Natural de Tamadaba, declarado también Reserva de la Biosfera de la UNESCO y hacia el este "único bosque en su latitud hasta La India".
Rojas ha apuntado que esta "rareza biológica" está en un cinturón desértico, ya que Fuerteventura y Lanzarote, así como el Sáhara al este, hacen que hasta La India no haya una formación boscosa similar. Sin embargo, señala que la isla, así como en su conjunto el archipiélago presenta muy buenas condiciones porque a consecuencia de su carácter volcánico, varias de sus especies, y en particular el pino canario, están adaptadas al fuego, lo resisten y rebrotan.
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De hecho, ha destacado que el pino canario, junto a otra variedad de pino del Himalaya, son los únicos entre las 130 especies de pino que tienen capacidad de resistencia y rebrotan y se recuperan tras las llamas. A lo largo de la historia geológica, señala que en la Península hay zonas como Aragón donde los incendios en ocasiones se deben a tormentas secas, mientras Canarias o el sureste peninsular tienen poca incidencia de estas.
Pese a la capacidad de resistencia del pino canario, Rojas recuerda que otras especies vegetales de la zona, como el monte mediterráneo o la laurisilva, y numerosas especies de fauna tendrán mayores dificultades en el futuro ahora que estaban empezando a recuperarse de otros incendios anteriores. "Para que toda la zona afectada por el fuego, que supera ya las 10.000 hectáreas se recupere totalmente y vuelva a estar como antes, faltan al menos 20 años, aunque su restablecimiento parcial será gradual", ha precisado.
En este contexto, entre las causas del fuego, el decano de los Ingenieros de Montes considera que en parte se debe al abandono rural y al minifundio en las zonas bajas, donde anteriormente se cultivaba de manera artesanal y donde ahora se inician los fuegos, ya que el abandono y la falta de gestión han emboscado la zona.
No obstante, aún se desconoce el origen del incendio por el que más de 9.000 personas han sido evacuadas de sus viviendas y, precisamente, Rojas señala que esta zona de las medianías es "parecida a la situación de las Rías Bajas", donde también mucha población convive con el bosque, el matorral o las infraestructuras, lo que complica las tareas de extinción.
Por su parte, el técnico helitransportador y responsable del 'sector Yankee' en el operativo del incendio de Gran Canaria, Javier Blanco, ha explicado que una vez que ahora el fuego ya está dentro de la capacidad de extinción, ahora van avanzando en el combate al incendio.
Un mes para extinguir un fuego muy peligroso
Blanco ha explicado que para abordar la extinción, el fuego se divide en diferentes sectores y él es el responsable del 'sector Yankee'. Entre las dificultades que se están encontrando para atajar las llamas señala que hay un encajonamiento de los vientos alisios entre Tenerife y Gran Canaria que impide coger agua en esas aguas, lo que obliga a que los medios aéreos capten agua en el Puerto de Las Palmas, más alejado pero con aguas más tranquilas.
Así, descarta el uso de los embalses de la isla porque cargar agua en ellos es "muy peligroso" puesto que están "muy encajonados" y no cuentan en estos momentos con muchas reservas. De este modo, ha insistido en la importancia de realizar tratamientos preventivos en esta zona de Canarias donde "muchas veces no se puede actuar por las condiciones orográficas y climáticas.
Así, ha precisado que el fuego no ha llegado al corazón de Tamadaba y a las pendientes al mar pero, no obstante, es un terreno muy peligroso. "La extinción tiene que tener efecto, pero con mínimos riesgos", ha comentado. En estos momentos, el incendio afecta a más de 35 kilómetros y los equipos van avanzando pero añade que su trabajo es posible si la trayectoria es segura.
Si bien advierte que la completa extinción de su perímetro "enorme" puede ser una fase que podría tardar meses. Antes de ello habrá que estabilizarlo y controlarlo. En este momento, desconoce como se está comportando el fuego en otros sectores, ya que el incendio se divide en áreas y cada sector trabaja centrándose en su área y el conjunto de las llamas se coordina desde el puesto de mando avanzado. De momento, no puede dar por controlado el 'sector Yankee'. "Todavía no se sabe, depende de como vayamos avanzando y para dar por extinguido el fuego puede tardar "semanas o algún mes".
Un fuelle que anima el fuego
Por su parte, el decano autonómico de Galicia del Colegio de Ingeniero de Montes, Juan picos, ha subrayado que se trata de un incendio "bastante complicado", la primera de ellas por la complejidad de la propia isla con valles muy estrechos, un régimen de vientos que genera corrientes de aire y turbulencias que cambian de dirección y pocos accesos seguros por carretera, lo que dificulta las tareas de extinción.
"Esto supone una complicación inherente añadida si se compara con otros fuegos de este mismo verano en España", ha comentado, al tiempo que ha añadido que en este momento el viento sopla fuerte, a unos 80 kilómetros por hora y está actuando "como un fuelle cuando se quiere avivar el fuego de la chimenea" al generar una fuerza de combustión "enorme". Asimismo, explica que saltan cabezas de fuego por varios sitios, por lo que los equipos de extinción tienen que extremar el cuidado para evitar quedarse atrapados en medio del incendio.
Otra de las causas que dificulta la extinción es la sequía muy prolongada en las islas y los episodios de calor muy intenso previos, que han dejado una vegetación muy seca. "Tenemos combustible, chimenea y viento, lo que genera un fuego de intensidad muy grande en un territorio muy difícil para los medios de extinción", ha resumido.
El hecho de que haya estado fuera de capacidad de extinción supone que en algunos tramos del perímetro los medios no podían enfrentarse directamente al fuego, por su intensidad y velocidad. "Nadie se pondría delante de una riada para intentar detenerla. En el fuego esto sería lo mismo", compara. De este modo, lo que quedaba era rodearlo e ir cerrando poco a poco el perímetro hasta que las circunstancias climatológicas mejorasen o el fuego avance a una zona sin combustible o con menor vegetación.
Picos coincide con Blanco en que la extinción completa del incendio puede llevar un mes ya que el escaso número de accesos seguros dificulta las tareas e insiste que, en todo caso, lo primero es evitar daños humanos y materiales y velar por la seguridad de los combatientes.
Finalmente, alerta de que el riesgo de frecuencia e intensidad de los grandes incendios, los que superan las 500 hectáreas y los grandes incendios, que superan las 10.000 hectáreas está aumentando. "Todo apunta a que tenemos más riesgo de que ocurra, aunque es difícil probarlo estadísticamente porque cada incendio es distinto", ha concluido.