Una mujer embarazada que comenzó a dar a luz en el asiento trasero de un taxi denuncia que el conductor le reclamó una multa de 50 libras por dejar el auto "hecho un desastre". Dana Harrison, de 23 años, llegó al hospital St. James (Leeds), con la "cabeza del bebé en sus manos", pero el conductor no la quiso dejar marchar sin exigirle una compensación económica. Así, se vio obligada a negociar frenéticamente con el hombre segundos antes de dar a luz a su hijo Blake frente a las puertas del hospital.
Dana y su pareja, Aiden Ibbotson, están muy molestos con la actitud del conductor, pero la empresa de taxis para la que trabajaba sostiene que la multa que la impuso incluso no fue lo suficientemente alta. Señala que el coche quedó "lleno de sangre" y el conductor "perdió media hora de su propio tiempo" esperando con la mujer en el hospital.
Dana había llamado a la compañía de taxis Roadrunners para que la llevara al hospital al comprobar que el parto se le adelantaba once días. "Empecé a dar a luz en el taxi y el conductor comenzó a gritarme que iba a ponerlo todo perdido", rememora la mujer. "Estaba muy estresada porque realmente no esperaba dar a luz tan pronto. Cuando llegamos al hospital, me pedía 50 libras adicionales, pero todo lo que tenía era 30, así que le di eso, y no estaba contento. Me metieron en una silla de ruedas y di a luz allí en ese momento. El taxista todavía me estaba gritando", relata Dana. "Dijo que iba a esperar afuera a que alguien le trajera algunas toallitas, incluso quería que volviera para limpiarlo", agrega.
"Ni siquiera era para tanto; solo era un poco de agua, la mayor parte estaba en mis pantalones. Era un hombre tan horrible, espero que nadie más tenga que pasar por lo mismo que yo", señala Dana, quien, afortunadamente, dio a luz a un bebé saludable llamado Blake, que pesó 3 kilos y medio. Cuando su pareja, Aiden, se pudo reunir con ella se enfadó mucho por lo que había hecho el taxista. "He llamado a la compañía pero me han contestado que solo puedo aceptar sus disculpas y no me dirán quién fue el conductor". "Les pedí su número de placa, pero no me lo dieron. Estoy muy enojado", explica Aiden.
Un gerente de Roadrunners informó a 'Metro' de que el conductor pagó 35 libras por la limpieza del taxi, lo que significa que tuvo que desembolsar 5 de su propio bolsillo. "Estaba sucio. Ningún cliente iba a querer entrar ahí. Tenía que limpiarlo o no habría podido seguir trabajando. La limpieza cuesta más de lo que ella pagó. Él los acusó decentemente", explicó el portavoz. "No se supone que tengamos bebés en los taxis, de todos modos. Debería haber llamado a una ambulancia. Hace dos años tuvimos una mujer que dio a luz, se disculpó y agradeció al conductor de inmediato y le pagó una cantidad mayor a la tarifa habitual", se defendió.