Los investigadores analizan el recorrido del móvil de Tomás clave para situarlo a las 19.30 en la casa de los abuelos de las niñas, fue la despedida en forma de abrazo. 25 minutos después llegaba a su vivienda. Si secuestró a sus hijas para matarlas, tuvo una hora para sedarlas. Porque a las 21 horas cuando llegó la madre a recogerlas ya no estaban en casa.
Ella le llamó, probablemente cuando Tomás estaba de camino al puerto, pero la engañó y le dijo que estaba cenando con Anna y Olivia. Se tardan 20 minutos y a las 21:30 ya le captaron las cámaras en el puerto de la Marina cargando la lancha en el pantalán. El porta bebé también lo cargó porque luego aparecería en el mar.
Lo lógico que piensan los investigadores es que lo embarcó con la niña porque es la manera de llevar asegurado a un bebé. Y si estaba la pequeña también estaba la mayor, aunque no se las ve moverse aparentemente en imagen. Pero analizando bultos que llevaba en las cámaras podrían ser ellas, tapadas con ropa. Tomas zarpó, no llevaba GPS pero su teléfono lleva a los investigadores a buscar en el sur de la Isla.
Pudo recorrer unos 50 kilómetros. Las pudo arrojar al mar en ese momento, lastradas con el ancla que nunca ha aparecido, aunque un amigo dijo que no llevaba. Hay más de 400 metros de profundidad. Imposible. Los cuerpos a 100 metros ya no subirían a superficie con el tiempo y la descomposición.
Pero también pudo pasar a sus hijas a otra embarcación y deshacerse del porta bebé en ese trasvase. Esta hipótesis es más complicada porque Tomás se quedó sin batería y regresó a puerto a las 23:30. Necesitaba un cargador desesperadamente, por eso piensan que tenía un plan de fuga. Las niñas ya no estaban en la lancha porque Tomás estuvo fuera del puerto una hora y no es lógico dejarlas en la barca ni vivas, ni muertas. Su exmujer ya le había llamado varias veces y había ido al cuartel de la Guardia Civil a denunciarlo. Era arriesgado todo y de hecho Tomás fue interceptado por el toque de queda.
Si los guardias que atendieron a la madre hubieran dado cuenta de la desaparición de las niñas a manos de su padre, en ese momento se habría truncado el plan de Tomás Gimeno. Pero nadie lo buscaba, solo Beatriz, la madre de las pequeñas. A las 00.30 Tomás con el teléfono cargado volvió a navegar en dirección sur. La lancha aparecería a la deriva en Guímar, a una hora de navegación, muchas horas después. Su teléfono le sitúa por esa zona a la 1:30 cuando le llama su exmujer. Es la última conversación, es cuando le dice “Nos vamos lejos”. Es larga y está geoposicionada. Entre Tenerife y Gomera hay cobertura todo el trayecto. Después de eso el teléfono se apagó. Los investigadores rastrean los barcos que dese las islas están llegando a Cabo verde, Madeira o Marruecos...