La obesidad ya se considera la segunda causa de muerte evitable, después del tabaco. El Informe Alimentación Saludable, 2018 elaborado por el EAE Business School analiza de forma exhaustiva los hábitos de consumo de los españoles. Y va al detalle, no solo destacando cómo se come en cada comunidad sino también qué se compra. La tendencia es tomar menos azúcar y refrescos (ha descendido un 1% en un año) y el aumento de galletas saludables, integrales y dietéticas, que ha crecido un 5,5%, en detrimento de las versiones convencionales que disminuyen medio punto.
En el sector de la leche cabe observar un estancamiento de las versiones semidesnatada y desnatada. En este sector, la demanda saludable se dirige hacia las leches especiales, donde el crecimiento viene liderado por la leche sin lactosa. Finalmente, destacar que la demanda de los frescos vinculados a la alimentación saludable (frutas, verduras o pescado) ha sido irregular debido al aumento de los precios. El único segmento que ha presentado un claro aumento del consumo ha sido la alimentación ecológica, que ha incrementado un 40% sobre las categorías tradicionales de alimentación vegetariana.
Andalucía es la reina del consumo de refrescos. Toma un 24,3% más que la media nacional. Pese a ser la comunidad autónoma con mayor número de habitantes, 8,4 millones, el gasto medio en alimentación por persona, está bastante por debajo de la media nacional; los andaluces presentan una capacidad de compra inferior al 12% de la media de España, con un gasto per cápita de 1.301 euros anuales.
El subsector de alimentación más importante en tamaño en Aragón es la industria cárnica, que representa casi un 35% del total de la industria. Esta capacidad de producción se traslada al consumo, donde la carne se encuentra un 12,6% por encima de la media nacional. El poder de compra de los aragoneses está ligeramente por encima de la media nacional, en un 2,4%, y un gasto per cápita en alimentación superior a la media nacional en un 4,7%, siendo de 1.549,7 euros anuales. Llama la atención el elevado consumo de hortalizas frescas, un 30,3% por encima de la media nacional.
El gasto en alimentación de los asturianos es un 8,8% superior a la media de España, llegando a los 1.610 euros anuales. Esto se traduce en un consumo muy elevado de alimentos saludables, todos ellos por encima de la media nacional, especialmente la leche cuyo consumo es casi el 30% mayor que en el resto del país. Asimismo, los asturianos presentan consumos de alimentos no saludables muy por debajo de la media española: consumen un 9% menos que la media de bebidas refrescantes y gaseosas, y un 19% menos de platos preparados.
En Cantabria triunfan la dorada, el rodaballo, la lubina y el ostión. Los cántabros tienen un gasto per cápita en alimentación bastante superior (9%) a la media nacional, que llega a los 1.615 euros anuales. El gasto en consumo de pesca es muy superior (30%) a la media nacional. Asimismo, la dieta saludable de los cántabros también pasa por un bajo consumo de refrescos, que está en un 28% por debajo de la media nacional.
El gasto per cápita en alimentación es bastante bajo (1.308 euros) comparado con la media nacional (es un 12% inferior). Toman muchos refrescos, un 32% más de la media, y huyen de las frutas y las hortalizas frescas.
En la industria alimentaria de Castilla y León destaca en primer lugar la industria cárnica, con el 25% de las ventas del sector alimentación en esta comunidad autónoma. Aquí se incluye todo lo relacionado con el cerdo y los ibéricos, de gran reconocimiento nacional e internacional. El gasto per cápita en alimentación saludable está ligeramente por encima (2,5%) de la media nacional, y se sitúa en los 1.516 euros. La distribución de este gasto es muy equilibrada, siguiendo una dieta muy sana que incluye un elevado consumo de leche, aceite, carne, pescado y fruta, así como un consumo moderado y muy por debajo de la media nacional de refrescos (menos 21%) y platos preparados (menos 20%).
Los catalanes confían demasiado en la comida preparada. En Cataluña el gasto per cápita en alimentación en es muy superior (15% a la media nacional), llegando a los 1.702 euros por persona y año. Comen más hortalizas y frutas que la media hortalizas y frutas frescas (18% y 7% respectivamente por encima del consumo nacional). Sin embargo, es destacable el elevado consumo de comida preparada (34% por encima de la media nacional), por culpa del estilo de vida ajetreado característico de las zonas urbanas.
Deberían consumir más aceite, pescado y carne, y en menor medida frutas y verduras. El consumo per cápita en alimentación es uno de los más bajos de España, 1.184 euros anuales, que suponen un 20% menos que la media del país. Para seguir una dieta saludable, los extremeños deberían aumentar el consumo de aceite (está un 21% por debajo de la media nacional), de pescado y de carne (en ambos casos están un 20% del consumo en España.
El gasto per cápita es más elevado a lo que le correspondería a esta región, llegando a los 1.599 euros anuales, un 8% por encima de la media nacional. Adicionalmente, los gallegos hacen un buen uso de sus recursos naturales, con consumos por encima de la media nacional en prácticamente todas las categorías de alimentos sanos.
El gasto medio por persona es considerablemente superior a la media nacional, llegando casi el 10%. Cuando se revisa el gasto per cápita en alimentación, se observa que también es superior a la media de España alcanzando los 1.551 euros por persona al año. Este gasto se hace principalmente en bollería y refrescos donde las medias son muy superiores al total de España (20% y 16% respectivamente).Pescado consumen poco, un 18% por debajo de la media nacional.
El gasto per cápita en alimentación en Las Canarias es un 6,6% inferior a la media nacional, quedándose 1.383 euros. Destaca el elevado consumo en refrescos (16% por encima de la media nacional), y el bajo consumo de pescado (27% por debajo de la media española).
El gasto en alimentación per cápita no llega a la media nacional, se queda un 2% por debajo, siendo de 1.456 euros. La dieta es razonablemente equilibrada, si bien nos encontramos con un abuso del consumo de platos preparados, al igual que en Cataluña.
En Murcia se registró en 2017 un gasto per cápita en alimentación de 1.415,3 euros (ligeramente inferior a la media nacional, un 4,4%). El consumo de refrescos fue superior a la media nacional en un 9%, y por otro lado el consumo de productos sanos fue bajo, como es el caso de del pescado, un 12% inferior a la media nacional.
El gasto per cápita en alimentación de Navarra fue de 1.559 euros, superior a la media nacional en un 5,4%. Siguen los navarros la dieta mediterránea: un elevado consumo en frutas y hortalizas frescas (un 21,5 y 22% superior a la media nacional respectivamente, así como un bajo consumo en refrescos (un 30% menor al total del país).
A los vascos les gusta cocinar y comer bien y los datos lo demuestran. Es por ello que el gasto per cápita en alimentación es uno de los más elevados de España, 1.729 euros, un 17% superior a la media nacional. Menos en los refrescos y en los platos preparados, los vascos consumen más que el resto de los españoles en todo. Desde el punto de vista de la salud nos encontramos con unos datos excelentes, donde cabe destacar que el gasto en refrescos en un 30% inferior a la media nacional, y que el gasto en pesca y frutas frescas son respectivamente un 27% y un 18% superiores a dicha media.
El gasto per cápita en alimentación de La Rioja es bastante bajo, 1.345 euros, un 9,1% inferior a la media nacional. La casa del vino consume, como se puede entender, muy pocos refrescos, un 40% menos que la media nacional. Deberían reforzar el consumo de frutas y verduras.
En la Comunidad Valenciana el gasto alimentario por cápita está ligeramente por debajo (2% inferior) de la media nacional, y se queda en 1.445 euros anuales. Este gasto se traduce en una dieta saludable, donde se podría hacer un mejor aprovechamiento de los recursos naturales si se aumentara el consumo de fruta fresca y pescado.
Los consumidores eco-conscientes prefieren alimentos con envases donde claramente se especifique el contenido y composición de los mismos en sus etiquetas. Adicionalmente se decantan por alimentos que no sean de origen animal (productos veganos).
Los ciudadanos que buscan a la hora de comer lo “bueno-para-mí”; es decir, personas que se preocupan por su salud y en consecuencia consumen productos que tienen un impacto positivo y beneficioso en sí mismos. Se trata de personas que se preocupan por lo que consumen, y prefieren aquellos alimentos que son naturales, ecológicos, y con etiquetas que provienen de organizaciones de confianza. Antes de comprar se leen las etiquetas, y se dejan influir por las opiniones de amigos, familiares, y comentarios de otros consumidores en medios sociales. A los buscadores de “bueno-para-mí” les gusta probar nuevos productos.
Los LOHAS buscan una alimentación saludable; compran productos que sean amigables con el medio ambiente desde el proceso de la producción, hasta el envasado y el transporte al punto de venta.
Los entusiastas del fitness visitan páginas web relacionadas con la salud, leen comentarios de otros usuarios, e interactúan con marcas a través de los medios sociales en un porcentaje mayor que el resto de los consumidores. Cuando compran alimentos , buscan productos lo más naturales posible, y que estén a buen precio. Los entusiastas del fitness siguen hábitos muy saludables de alimentación, y es por este motivo que incluyen en su dieta alimentos frescos y productos con suplementos nutricionales.