Los distintivos ambientales clasifican los vehículos en función de su eficiencia energética, identificando a los menos contaminantes del resto, lo que facilita que administraciones, tanto locales como autonómicas, puedan aplicar políticas medioambientales teniendo en cuenta el impacto de estos.
El distintivo se debe colocar en el margen inferior derecho del parabrisas, y tiene como objetivo la discriminación positiva de los vehículos más respetuosos con el planeta. Existen cuatro distintivos ambientales, y clasificados de mayor a menor eficiencia son:
Para los vehículos más eficientes, eléctricos, eléctricos de autonomía extendida e híbridos enchufables con autonomía mínima de 40 kms o vehículos de pila de combustible.
Eléctricos enchufables con autonomía inferior a 40 km, híbridos no enchufables (HEV), vehículos propulsados por gas naturas y gas (GNC y GNL) o gas licuado del petróleo (GLP). Deben cumplir también con los criterios de la etiqueta C.
Turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y diésel a partir de 2014. Vehículos de más de 8 plazas y pesados tanto de gasolina como diésel, matriculados desde 2014.
Turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2001 y diésel a partir de 2006. Vehículos de más de 8 plazas y pesados tanto de gasolina como diésel, matriculados desde 2005.
El resto de los vehículos, que forman el 50% más contaminante, no tiene ningún distintivo medioambiental ya que no cumple los requisitos para ser etiquetado como un vehículo limpio.
Si a pesar de todo sigues sin saber qué clasificación tendría tu vehículo, puedes consultarlo a través de la web de la DGT: consulta tu distintivo ambiental. La etiqueta tiene un coste de 5€ y se puede comprar en cualquier oficina de Correos.