¿Cuál es su verdadero origen y qué se celebra el día de Halloween?
La noche de Halloween tiene, en realidad, origen irlandés: para los celtas, el 31 de octubre marcaba el inicio del nuevo año
Durante esa noche, los espíritus podían salir de los cementerios, por lo que era necesario ahuyentarles
Ofrecerles dulces, disfrazarse de difuntos para pasar desapercibidos... eran costumbres pensadas para evitar posibles males
Existen muchas fechas señaladas en nuestro calendario que acaban convirtiéndose en algo completamente distinto a lo que significaban en su origen. Una de ellas es, sin duda, la festividad de Halloween, que coincide con la noche previa al Día de Todos los Santos. La llamada Noche de Brujas se encuentra rodeada de rituales y tradiciones que mutan año tras año, y que a día de hoy nos traen la imagen de calabazas, disfraces y escenas de 'truco o trato'. Con todo, aunque las costumbres cambian, muchos de los rituales actuales tienen que ver con los que se realizaban hace siglos. ¿Qué se celebra el día de Halloween? ¿Cuál es el origen de esta festividad?
¿Qué se celebra el día de Halloween?
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La víspera del Día de Todos los Santos, es decir, el 30 de octubre, se celebra la conocida noche de Halloween, toda una institución en el mundo occidental que tiene que ver con la muerte, aunque en un sentido cada vez más mutado y difuso.
Si nos remontamos al origen de la fiesta de Halloween, lo encontramos en Irlanda, en realidad, no es religioso, sino pagano. Existe un antiguo festival celta llamado Samhain, que significa el 'fin del verano' y que coincide con el fin de la temporada de las cosechas. Es la festividad de origen celta más importante del período pagano en Europa hasta su conversión al cristianismo y era considerada como el 'Año Nuevo Celta', simbolizando tanto la transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo.
Así, durante esta celebración se inauguraba el año nuevo celta que, para este pueblo, coincidía con el 31 de octubre. Durante este día, los espíritus podían salir de los cementerios y rondar por las calles: por eso, y para evitar que los espíritus malignos se apoderaran de personas vivas, la gente llenaba sus casas de huesos, calaveras y otros objetos que invocaban a la muerte para que los muertos no entraran en ellas. Además, se trataba de mantener contentos a los espíritus ofreciéndoles dulces, quitándoles así las ganas de hacer el mal. Otra técnica era camuflarse entre ellos vistiendo como difuntos para así pasar desapercibidos.
Estos ritos, con modificaciones paulatinas, se extendieron poco a poco a Estados Unidos a través de la inmigración irlandesa, especialmente durante la Gran Hambruna del siglo XIX. En concreto, la celebración llegó a Estados Unidos en 1840, extendiéndose poco a poco por todo el territorio norteamericano de la mano de la población migrante. Eso sí, el carácter masivo de Halloween llegó ya en el siglo XX y quizás un punto de partida importante fue el desfile de Halloween que se celebró en Minessota en 1921, luego imitado por otros Estados.
Esta festividad fue, por tanto, exportada y modificada con el tiempo, convirtiéndose en un evento que se celebra no solo en Norteamérica, sino también en Europa, incluyendo a España. Disfraces de difuntos, sustos, 'truco o trato', decoraciones y fiestas son parte de las tradiciones asociadas a este día. Curiosamente, la gran cantidad de material norteamericano existente en torno a esta festividad, en forma de películas y demás formatos, nos hace creer que se trata de una festividad americana exportada a Europa cuando, en realidad, su verdadero origen se encuentra mucho más cerca de nosotros.