Los espacios coworking siguen proliferando en España y son miles los profesionales de nuestro país que eligen este tipo de emplazamiento para en desarrollo de sus actividades laborales. Un mayor número de profesionales autónomos, el auge del teletrabajo… Son muchos los factores que influyen en el desarrollo de esta nueva moda y, aunque solo el tiempo dirá si el coworking ha llegado para quedarse, lo cierto es que, al menos por definición, implica muchísimas ventajas para los profesionales que buscan trabajar de forma independiente.
Coworking es un término inglés que hemos tomado prestado también en España y que vendría a significar algo así como ‘espacio de trabajo colaborativo’ (tiene su origen en los términos work, de un lado, y co, de otro, que procede de colaborative). Así, estos espacios están pensados para que cualquier persona (empresarios, autónomos, trabajadores por cuenta ajena a distancia… e incluso estudiantes) alquilen un puesto en él con carácter mensual, con derecho al uso de las zonas comunes (salas de reuniones, cocina…) y diferentes opciones en cuanto a horario y acceso.
Pero un Coworking aspira a ser mucho más que un simple arrendamiento de puesto de trabajo: su esencia es crear un espacio colaborativo, en el que los llamados coworkers puedan intercambiar experiencias y proyectos, crear sinergias, ofrecer charlas y formaciones internas… y, en definitiva, compartir las alegrías y las penas de sus profesiones, aprendiendo los unos de los otros.
Para sus usuarios, se trata de una experiencia enriquecedora que, además, les permite ahorrar costes con respecto a una oficina propia y olvidarse de la contratación de suministros y necesidades específicas (contratos de luz, agua, internet, limpieza…), de forma que su tiempo de trabajo se dedique exclusivamente a tareas puramente productivas.
Trabajar en un espacio Coworking tiene grandes ventajas. Estas son algunas de ellas:
Un Coworking cubre todos los servicios que implica cualquier oficina, como el mantenimiento de los suministros (agua, luz, Internet…), la limpieza, la puesta a punto de impresoras y demás elementos, la recepción de correo… El coworker simplemente paga una cuota mensual por acceder a un puesto de trabajo ya amueblado, y puede olvidarse de todo lo demás.
En un espacio Coworking suelen darse cita personas con inquietudes laborales similares y es muy común que surjan sinergias y nuevas amistades. Además, puedes aprender del trabajo del resto de compañeros o incluso compartir proyectos con algunos de ellos. Para quienes trabajan desde casa, el paso al Coworking les permite socializar y compartir experiencias laborales con otras muchas personas, algo necesario para escapar de la soledad del 'trabajo en pijama'.
Un Coworking suele contar con salas de reuniones preparadas para cualquier tipo de evento con tus clientes, equipadas con la tecnología necesaria para presentaciones, etc. El coste que tendría para un trabajador en solitario contar con un espacio así es desde luego mucho mayor que el que supone contar con una plaza en un Coworking.
Trabajar desde un Coworking puede ser muy económico y sin duda te ayudará a separar tu vida laboral de la personal, conciliando mejor ambas. Además, el ambiente de trabajo te llevará a ser más productivo y a crecer profesionalmente en mayor medida, optimizando el tiempo dedicado a cada actividad de tu vida.