La eficiencia energética del hogar, clave en pleno confinamiento por coronavirus
Obtener este certificado es obligatorio si vas a vender o alquilar un inmueble
Con él podrás conocer cuánta energía consume tu vivienda y aprender cómo mejorar su eficiencia
Dotar a tu vivienda de un certificado de eficiencia energética es una opción muy inteligente tanto de cara a alquilar o vender tu casa como de cara a evaluar hasta qué punto estás malgastando energía en tu propio hogar, identificando de qué forma puedes evitarlo. Además, obtener esta certificación es obligatorio en los dos primero casos: existen multas por poner en venta o en alquiler una vivienda sin contar con este papel acreditador. Ahora, en pleno coronavirus, con un confinamiento que no se sabe cuándo va a acabar, la eficiencia energética se antoja vital, así como saber bien las claves del recibo de la luz. ¿Qué es el certificado de eficiencia energética y cómo puede ayudarte a mejorar tu consumo de energía?
¿Qué es el certificado de eficiencia energética o certificado energético?
MÁS
El certificado de eficiencia energética es un documento oficial redactado por un especialista o técnico competente en el que se incluye información objetiva acerca de las características energéticas de la vivienda. En él se mide el consumo energético que necesita cada vivienda o cada edificio durante un año en condiciones normales de funcionamiento y ocupación, y en base al resultado, e obtendrá una letra u otra.
En este cálculo se incluyen conceptos como la producción de agua caliente, la calefacción, la iluminación, la refrigeración y la ventilación. El resultado será una letra que irá desde la A (el certificado mayor eficiencia energética) hasta la G (para el inmueble menos eficiente). Se intuye otra información menos genérica, como las características de la envolvente térmica del edificio o sus instalaciones de gas natural o electricidad.
Se trata de un trámite obligatorio de cara a la compraventa o arrendamiento de cualquier inmueble. Y ello es lógico si tenemos en cuenta que sus gastos van a variar mucho en función de qué certificado obtengas. La obligatoriedad de esta certificación es también un modo de premiar a las edificaciones más sostenibles, ya que, al hacerse pública esa información de forma obligatoria, los compradores podrán comparar viviendas en cuanto a su sostenibilidad, y normalmente tenderán a adquirir viviendas más eficientes energéticamente.
Con todo, existen algunas excepciones (aunque pocas) a la regla general de la obligatoriedad de obtener esta certificación. Se trata de inmuebles como edificios y monumentos protegidos oficialmente por ser parte de un entorno declarado histórico o de especial valor arquitectónico, edificios de culto, espacios con una superficie inferior a 50 m2, talleres para labores agrarias, edificaciones abiertas, construcciones provisionales…
¿Cómo obtener mi certificado de eficiencia energética?
Lo primer es buscar a un técnico autorizado en tu zona y pedir una cita para que visite tu inmueble. Éste recabará datos sobre tu vivienda, tomará medidas y analizará qué materiales se han utilizado en fachada, cerramientos… También inspeccionará tus instalaciones y, finalmente, realizará un plano con toda esta información. Utilizará un programa informático que, a partir de todos estos datos, extraerá una calificación energética, así como un dossier que podrás conservar, en el que se incluirán algunas recomendaciones energéticas para mejorar las condiciones de tu hogar.
Este certificado debe registrarse ante el organismo competente de tu comunidad autónoma, algo que puede hacer bien tu técnico, bien tú mismo. Con este trámite obtendrás tu etiqueta oficial.
En cuanto al precio de este trámite, depende del precio que quiera marcar el técnico elegido (no ha un precio estándar ni reglado). El coste variará en función de la superficie que tenga que analizar, su ubicación, tipo de inmueble… Y del grado de detalle que incluya. Si lo que te interesa es mejorar la eficiencia de tu hogar, cuanto más cuidadoso sea tu técnico, mucho mejor. Desde la web de Endesa, a título orientativo, aseguran que el precio para viviendas de hasta 80 m2 puede oscilar entre 50 y 250 euros, subiendo a 100-300 euros para viviendas entre 80 y 150 m2, y así sucesivamente.