Reciclar es hoy en día una obligación ética para todos y, afortunadamente, las distintas Administraciones nos lo ponen fácil para que podamos llevar a cabo una clasificación de nuestros residuos de forma cómoda. Existen distintos contenedores de reciclaje repartidos por todas las ciudades, y cada vez es más frecuente que contemos con contenedores de reciclaje en nuestras propias casas para que cumplir con esta tarea sea más sencillo y limpio. Sin embargo, siguen existiendo muchas dudas en torno a los colores de los botes para reciclar, así como los productos concretos que se incluyen en cada categoría. ¿A qué corresponden los colores de lo contenedores de reciclaje y qué debo introducir en cada uno
A estas alturas todos (o casi todos) sabemos que reciclar equivale a proteger el medio ambiente, aunque el principal favor que podemos hacernos como habitantes del planeta es empezar por reducir nuestro consumo y evitar la producción de residuos innecesarios. Cuanta menos energía se utilice en la producción, movilización o gestión de productos, mucho mejor para todos.
Una de las grandes ventajas de practicar el reciclaje es que permite evitar la creación de nuevos residuos y su acumulación, además de suponer un importante ahorro energético y económico, así como reducir los costes de gestión y las emisiones de gases efecto invernadero. Sin embargo, es fácil dar al traste con nuestros esfuerzos si no clasificamos adecuadamente la basura o si no utilizamos el contenedor apropiado.
Además, es importante interiorizar y aplicar la llamada Regla de las Tres R, acuñada por Greenpeace y que consiste en Reducir, Reutilizar y Reciclar. Básicamente, se trata de reducir nuestro consumo, reutilizar todo lo que ya hayamos consumido y pueda seguir utilizándose, y reciclar aquello que tengamos que tirar.
Todos sabemos que se trata del recipiente para los envases, pero ¿qué es y qué no es un envase? En general, en él podemos tirar todo tipo de envases de plástico y envases metálicos, briks, bolsas de plástico, el corcho blanco o poliespán de los embalajes o las cajas de pequeño tamaño de madera como las del vino, de fresas, puros, estuches, etc. Este es el listado completo que debes tener en mente para hacerlo bien:
En cuanto a qué no podemos tirar al contenedor amarillo, evita los productos de plástico metal que no son envases, las cintas de vídeo, los CDs y todo tipo de juguetes de plástico.
El contenedor azul es el destinado a papel y cartón: te gustará saber que, mediante el reciclaje de una tonelada de papel, se salvan entre 12 y 16 árboles medianos, se ahorran 50.000 litros de agua y más de 300 kilos de petróleo. En cuanto a qué tirar en los contenedores azules de reciclaje, introduce en ellos los recipientes de cartón y papel, plegados siempre que sea posible para ocupar menos espacio dentro del contenedor.
Es importante eliminar los elementos metálicos y de plástico (clips, grapas, espirales de cuadernos, etc.) de ellos, en la medida de lo posible. Si un envase es mixto (contiene cartón y plástico), separa ambos elementos y recíclalos por separado. En cuanto a lo que no tirar en estos contenedores, evita los briks y las servilletas.
El contenedor verde es el contenedor del vidrio y este modo de reciclar es quizás el que más sencillo nos parece, aunque también hay que evitar ciertos productos en estos recipientes. Ademas, es importante evitar tapas o tapones (que van al cubo amarillo). Puedes tirar en este contenedor todo tipo de botellas de vidrio, los frascos de las colonias y cosméticos de cristal o los tarros de las conservas y mermelada. En cambio, evita tirar cristal de cuadros o ventanas, de vitrocerámicas, de espejos...
El cristal, en general (distinto del vidrio) debe tirarse en un punto limpio, que son zonas especiales donde se recogen y depositan de forma gratuita los residuos que, por su peligrosidad o tamaño, no se pueden depositar en los contenedores habilitados ubicados en nuestra calle.
Este contenedor (que no existe en todas las ciudades) puede tener distintos colores. Por ejemplo, marrón oscuro, o también naranja. Ante la duda, pregunta. En ellos puedes tirar todos los restos orgánicos de origen animal o vegetal que se descomponen con facilidad en el medio ambiente (restos de comida, restos de flores y plantas...) Con ellos se puede crear compost, un abono natural que aporta nutrientes a la tierra y que es fruto del proceso de descomposición de este tipo de residuos. En cuanto a lo que no se puede tirar en contenedores orgánicos, la lista es interminable porque, en general, no podrás tirar en ellos nada que no sea orgánico: así de sencillo.
El contenedor gris es ese contenedor en el que tiramos todo lo que no va en otros contenedores. Es el 'cajón de sastre’ de la gestión de residuos. Así, lo usamos por descarte, aunque quienes no reciclan lo utilizan para tirar todo tipo de residuos sin clasificar, incluyendo todos los anteriores.
Por último, existen algunos depósitos para el reciclaje de tipos de basura determinados, como los contenedores de ropa, complementos y calzado; los contenedores de pilas; los contenedores de medicamentos... También los puntos verdes o puntos limpios, zonas especiales – normalmente fuera de la ciudad- donde se recogen de forma gratuita los residuos que, por su peligrosidad o tamaño, no se pueden depositar en los contenedores para basura habilitados en la calle.