Las protestas de los hosteleros continúan multiplicándose por toda España. Las restricciones impuestas para frenar al coronavirus ha golpeado nuevamente y de forma directa a un sector que se define herido de muerte.
En Galicia el grito ha sido unánime: “En esta ocasión ya no hay más pulmón para resistir”. Denuncian estar “al límite”, denunciando que “son muchos meses de parón”. Claman que se les facilite ya “un programa de ayudas directas”, reivindicándose como un sector clave para la economía de la región y de todo el país.
Concretamente, la hostelería representa el 30% de la riqueza de Galicia, pero ya no le quedan fuerzas. Ni aquí ni en el resto de España. Por eso, gestos como el del grupo que se hace llamar ‘Vikingos’ en Munguía, Vizcaya, repartiendo 900 euros entre los hosteleros de la zona, son agradecidos desde la más profunda “emoción”.
“Nos han demostrado que no estamos solos”, dicen los hosteleros de la zona, que han colgado carteles en sus negocios en los que se lee: “Mil gracias, Vikingos”.
En Cataluña, si se cumple lo esperado, casi con toda probabilidad comenzarán a relajarse las restricciones a partir del próximo lunes. Fundamentalmente en lo relativo a la hostelería. Sobre la mesa está que se permita reabrir los bares y restaurantes, pero sólo hasta las cinco de la tarde, algo que el sector considera insuficiente.