Las protestas en la calle contra la gestión del Gobierno han subido el tono. Lo que comenzó como una cacerolada desde los balcones del barrio de Salamanca de Madrid se ha transformado en escrache ante la sede del Partido Socialista y en las puertas del domicilio de Pablo Iglesias e Irene Montero. Desde Vox se alientan estas manifestaciones.
Una veintena de personas pasearon este domingo en Galapagar frente al domicilio familiar de Iglesias y Montero, donde los miembros del Gobierno viven con sus tres hijos, gritando consignas contra la coalición y portando cacerolas y banderas de España. El escrache fue ampliamente difundido en redes sociales.
La sede del Partido Socialista en Madrid que, recordemos, aún sigue en fase 0, ha sido otro de los objetivos de las protestas callejeras de este domingo contra el Gobierno. Medio millar de personas se concentraron en la calle Ferraz al grito de “Gobierno dimisión” durante 45 minutos. Aunque en ocasiones se incumplió la distancia de seguridad tampoco en este caso la Policía intervino.
En otros barrios, como Vallecas, el conato de protesta acabó con la decena de manifestantes increpados por un grupo mucho más numeroso de vecinos hasta que intervino la Policía.
Son actos que surgen en redes sociales y promueven organizaciones como Hazte oír. Vox las alienta pidiendo que se mantenga la distancia social. “Alentamos y animamos a los españoles a que sean libres ejerzan su libertad”, decía en un evento el diputado Jorge Buxadé. El PP, por su parte, entiende la indignación pero pide que se respeten las normas.
El malestar en Madrid se replica con fuerza en otras zonas de España, con manifestaciones en muchas capitales de provincias. Caceroladas o marchas con bastante afluencia como las de León, Córdoba, Sevilla o Santander en la que no siempre se pudo mantener la distancia social. Tampoco en Valencia donde el arriado de la bandera concentró sin cumplir las normas a unos centenares de personas.