Una multitud ha protestado este domingo en diferentes puntos de España contra la gestión del coronavirus por parte del Ejecutivo central y ha pedido la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con cacerolas, carteles y gritos que expresaban malestar con la acción política frente a la crisis sanitaria.
Además, por segundo día, las manifestaciones se han concentrado también frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, donde un grupo de ciudadanos, envueltos en banderas de España, han lanzado proclamas como 'Sánchez dimisión' o 'Sánchez a prisión' mientras estaban en movimiento para salvaguardar la distancia de seguridad.
Desde las 20.50 horas, los manifestantes comenzaron a llegar entre ruidos de cacerolas y gritos de 'libertad' y 'Gobierno criminal'. En este tiempo, la Policía Municipal de Madrid tuvo que cortar esa parte de la calle Ferraz. También varias lecheras de la Policía Nacional reforzaron la seguridad y evitaban la gran acumulación de personas.
Además, varios agentes cortaron la zona de la acera donde está la fachada de la sede del PSOE mientras que los protestantes continuaban exclamando sus consignas contra el presidente del Gobierno.
La protesta colectiva, como la han definido los vecinos, se ha replicado en otras zonas de Madrid como los barrios Chamartín, Mirasierra, Montecarlo o Aravaca, ninguna de las cuales cuenta con autorización por parte de la Delegación del Gobierno. También se han extendido a otras ciudades y pueblos de la Comunidad de Madrid, como Pozuelo de Alarcón, Majadahonda o Galapagar.
Las manifestaciones ciudadanas comenzaron el pasado domingo después de que un grupo de jóvenes se concentrara frente a una vivienda en la zona de Núñez de Balboa (Madrid) que tenía la música a todo volumen. El incidente derivó en que 12 personas fueran identificadas y sancionadas por incumplir el real decreto de estado de alarma.
A raíz de esto, durante toda la semana han sido decenas las personas que se han congregado en estas calles, entre Ramón de la Cruz y Ayala, ubicadas en pleno barrio de Salamanca, para protestar contra la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez a pesar de que la declaración del estado de alarma prohíbe la aglomeración de personas.
Las protestas generaron aglomeraciones de personas, lo que obligó a la Delegación del Gobierno de Madrid a implantar un fuerte dispositivo policial para evitar la acumulación de manifestantes. En sucesivos días, los vecinos se han vuelto a manifestar en las aceras, en permanente movimiento, y con fuertes caceroladas desde los balcones y ventanas como respuesta crítica a la política del Ejecutivo central.