El asesino confeso de la menor de 14 años de Alcalá la Real, en Jaén, ha sido enviado directamente a prisión. A las puertas de los juzgados se concentraban amigos y familiares de la joven, que le han proferido gritos de asesino a su salida.
El sospechoso sigue sin querer aclarar el crimen y se ha acogido a a su derecho de no declarar, pero el juez aprecia indicios de asesinato y de violación.
A primera hora el asesino confeso entraba en el juzgado de Alcalá la Real. Casi se cruza allí mismo con la madre de su víctima, Hakima, quien necesitaba un certificado de defunción. Poco después compañeros y amigos de la adolescente asesinada, todo un pueblo, recorría en silencio las calles con su foto, hasta romper en aplausos. Su madre no podido contener el dolor y ha pedido justicia para su hija.
La juez ha escuchado a tres amigas de Jaula, la joven asesinada, que estuvieron con ella y el detenido la tarde del crimen. También a un testigo. El detenido ya se encuentra prisión provisional, comunicada y sin fianza, y deberá responder por los presuntos delitos de asesinato y agresión sexual. A sus 22 años podría enfrentarse a la prisión permanente revisable.
Hasta el momento los investigadores han podido constatar que no existía una relación sentimental entre la menor y el detenido, aunque sí se conocían. Por ello, según ha añadido el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, TSJA, el caso no será contemplado como un caso de violencia de género. Un "arduo" y "exhaustivo" trabajo de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial así como las unidades de Seguridad Ciudadana de Alcalá la Real que permitió "descartar que hubiera una relación afectiva entre la víctima y su agresor", según indicó este jueves la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, quien añadió que la autopsia determinó la asfixia como causa de la muerte.
La juez también ha autorizado el traslado del cadáver de la fallecida a Marruecos tras recibir la aprobación del forense y con la expresa prohibición de su incineración.