En Barakaldo, en el gigantesco recinto ferial y de congresos Bilbao Exhibición Center (BEC) ha sido la prueba de fuego para los exámenes multitudinarios. Una pista de lo que puede ser la selectividad. Seis módulos de 76 personas cada uno cuando el pasado año eran 3.000. Los exámenes de acreditación de perfil en euskera reúnen a más de 12.000 personas entre este viernes y el 19 de junio.
Acceso ordenado, espera paciente hasta asegurar la completa desinfección de las manos y por supuesto mascarillas. Para alumnos y profesores. Misma sensación para las 14.000 personas que se examinan del certificado de euskera. Primer examen masivo tras el coronavirus. Gran parte de los alumnos han llegado en transporte público y los que lo han hecho en coche se han encontrado un parking gratuito.
El coronavirus lo ha cambiado todo. Ahora el aforo se ha reducido al 30 por ciento, se han delimitado los grupos, se han señalizado los accesos y sobre todo se ha aumentado notablemente la distancia de seguridad. Otra diferencia. Evitar al máximo el contacto con el papel. Solo lo tocan los alumnos, y cuando finalice el examen va a ser escaneado para ser corregido. Así son los exámenes de la nueva normalidad. Los alumnos, un poco agobiados, se han adaptado. La mascarilla para ellos ya forma parte de la normalidad.
Alejandra Koeneke, doctora en neurociencia y profesora de Psicología en la Universidad Europea, desvela a Informativos Telecinco algunas claves para enfrentarse a este tipo de exámenes sin jugarse la salud porque además de enfrentarse a los cambios a la hora de hacer el examen hay que preparar el cuerpo y la mente. Son estas:
La experta destaca como primer punto el camino recorrido antes de llegar al momento del examen: la preparación. "Esta debe venir de meses, incluso años atrás, sobretodo en cuanto a oposiciones se refiere. Durante todo ese tiempo la persona debería haber llevado una rutina de estudio, pero también de higiene física y mental. Como hacer deporte, relajación, meditación o mindfulness comer bien y mantener actividades denominadas reforzantes como hobbies, quedar con amigos...
Pegarse el atracón y repasar hasta el último momento no es productivo. "Desde el punto de vista lógico, repasar todo un temario que ha llevado meses estudiarlo es una medida un tanto irracional. Desafortunadamente, sin embargo, cada persona gestiona la ansiedad y emociones de la manera que puede y sabe". Sería más inteligente dedicar "las 24 horas antes son para relajarse, aceptar y apreciar el esfuerzo que se ha hecho hasta ese momento y mentalizarse en que tan importante es mantenerse tranquilo, descansado y bien alimentado en esos últimos momentos antes de llegar a la línea de meta".
Hay que aceptar y acoger el esfuerzo hecho. De tal forma que debemos tomar conciencia de que lo que queda son los últimos pasos hacia la meta. Debemos valorar el esfuerzo hecho, independientemente del resultado. Estar orgullosos de nosotros mismos y aceptar lo que ocurra.
Llevarse comida al evento, preferiblemente carbohidratos complejos de absorción lenta. Lo más recomendable en estos casos son los frutos secos, ya que su digestión evita altibajos en los niveles de azúcar en sangre y prevenimos correr el riesgo de sufrir una hipoglucemia y no poder pensar con claridad. Es bueno desayunar fuerte, el cerebro necesita combustible en forma de glucosa.
Empezar por lo que mejor me sé, de esta manera, además de invertir mis mejores recursos (tiempo y energía mental) y resguardarme en obtener un infalible buen resultado; mi autoconfianza crecerá y, con ello, los nervios se irán disipando y los conocimientos previamente estudiados y almacenados irán emergiendo del baúl de la memoria. Y no te angusties si en un primer momento no recuerdas nada. Da tiempo a tu cerebro.