Un preso de la cárcel de Zaballa, en Álava, ha dado positivo en la prueba del coronavirus. Es el primer caso de esta enfermedad en un recluso y el segundo en una prisión, después de que una funcionaria del módulo de madres de la prisión madrileña de Aranjuez también contrajera el virus.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias han informado que el primer caso de un recluso con COVID-19 dio positivo el martes, después de realizarle una primera prueba que resultó falso negativo.
El interno había tenido contacto directo con los ertzaintzas que custodiaban la habitación del Hospital de Txagorritxu en el que el preso estaba ingresado junto con otro recluso.
Uno de los agentes dio positivo, si bien los presos ya habían vuelto a la cárcel. Fueron aislados y este fin de semana uno de ellos, el que ha dado positivo, empezó a encontrarse mal, por lo que fue trasladado de inmediato al hospital, al contar con patologías previas que aconsejaban su ingreso.
Se trata del primer caso de coronavirus en un preso y del segundo en un centro penitenciario después de que el pasado sábado se supiera que una funcionaria que trabaja en módulo de jardín de infancia de la prisión de Aranjuez diera también positivo en las pruebas.
Este miércoles la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias han ampliado las restricciones sobre el acceso a las cárceles hasta ahora en Madrid, Álava y La Rioja. A ellas se suman desde este miércoles, las dos cárceles de Ocaña, en Toledo, la de Burgos y la Dueñas (Palencia).
Prisiones prohibió este martes el acceso a las cárceles de Madrid, Álava y La Rioja y la suspensión de los "vis a vis" y todas las visitas que no sean a través de locutorio, y solo permitirá la entrada al personal laboral o funcionario y al extrapenitenciario cuya labor sea imprescindible.