Los porteros de los edificios están teniendo una labor fundamental en esta crisis del coronavirus. En una época en la que las medidas de limpieza han de ser extremas, ellos se encargan de que las zonas comunes no se conviertan en focos de contagio.
Uno de estos héroes insospechados es Jacinto, que trabaja en un edificio de Madrid. "A cada hora" da una pasada con desinfectante a pomos, barandillas y botones de ascensor para evitar que el coronavirus se cuele en el edificio. Además, utilizar el bote de desinfectante se convierte en condición "sine qua non" para entrar en el recinto.
Pero su labor va más allá, Jacinto realiza una labor de compañía vital para los vecinos que viven solos. Y más, cuando son mayores. Como por ejemplo, Cosuelo que se siente "acompañadísima" y que afirma que es su "ángel de la guarda". Sin duda lo es para los vecinos de este bloque que se han infectado. Gracias a su portero, tienen la compra todos los días en el rellano y una persona que se preocupa por su estado de salud a diario.