¿Por qué la segunda ola en España es imparable? Un informe dado a conocer esta misma semana y titulado ‘Analysis and prediction of covid19 for Eu- EFTA-UK and other countries’ se centra en España como la zona cero de Europa en cuanto al descontrol de los contagios de coronavirus. El informe analiza por qué el impacto del coronavirus está siendo mayor en España que en otras zonas de Europa teniendo en cuenta que Francia, Países Bajos, Bélgica o Rumanía también pusieron fin al estado de alarma en fechas similares y han tenido una mejor evolución.
La explicación de que España lidere la segunda ola es multifactorial, pero nuestra forma de ser y de vivir importa y mucho. Una primera clave es cultural y social. La población española ha seguido un patrón de interacciones y comportamientos que ha facilitado la transmisión en comparación con el patrón de otros países. También es clave el escaso control de las estrategias de prueba y rastreo, que se han mostrado ineficaces. El hecho de que solo se controle de media a cuatro personas que han mantenido relaciones con un contagiado no es real. Porque en España las interacciones sociales son mayores que en otros puntos de Europa, donde la sociabilidad e interacción es menor.
Actualmente, el hecho de que se impongan cuarentenas a 4 personas por caso positivo de media en España, habla de que solo se seleccionan contactos muy cercanos. Los protocolos de salud definen como contactos cercanos a aquellos que han pasado más de 15 minutos a menos de 1.5-2 metros del caso positivo, generalmente sin usar mascarilla desde 48 horas antes del inicio de los síntomas. Esto significa que, con muy pocas excepciones, las personas que no se consideran contactos cercanos no se seleccionan. Y dada la interacción que mantenemos en la calle, al dar un paseo o en el mismo trabajo, es un error.
De hecho, la interacción entre familiares y amigos es más alta en España que en resto de Europa (y también con las personas más mayores de nuestra familia), y que las prevenciones que tomamos como el uso de las mascarillas es menor cuando sabemos que estamos con gente conocida. Nos relajamos cuando vamos al parque, quedamos a cenar en casa con amigos o vamos a las terrazas. Y también cuando saludamos a la gente y conversamos por la calle para dar un paseo.
Además, el informe señala que la costumbre en España es comer todos juntos alrededor de una misma mesa donde no se suele guardar la distancia. Las autoridades sanitarias han insistido en España y otros países que la mascarilla, la distancia y el lavado de manos son características clave que pueden prevenir infecciones. Buena ventilación y evitar reuniones en casa son también claves. Y en el primer caso, no parece que las autoridades españolas hayan invertido en buenas ventilaciones en escuelas y centros de trabajo. ¿Se inspecciona que sean los correctos?.
Los españoles perciben más riesgo en las aglomeraciones fuera de casa, especialmente en el transporte público (donde también inciden las horas punta), pero consideran que las reuniones familiares en el hogar son una de las actividades de menor riesgo. Y se equivocan. El 32% de las infecciones en España provienen de reuniones sociales con amigos o familiares que no son unidad familiar cercana y actividades de ocio, mientras que el 37% de los casos provienen de interacciones con personas en el trabajo o en el vínculo entre familia y trabajo.
Usar mascarilla en público en ambientes interiores como tiendas, supermercados o incluso en el trabajo previene entre 2 y 5 millones de infecciones. Pero si el comportamiento en el contacto cercano con familiares, amigos y compañeros de trabajo, donde ocurren la mayoría de las infecciones se relaja, de poco vale. ¿Son mucho más arriesgadas las reuniones con amigos y compañeros de trabajo sin mascarilla ahora que en centros cerrados? Otros países no usan mascarillas y no están teniendo los mismos picos, pero guardan las distancias e interaccionan menos. La clave pues puede ser que cuando estamos en contacto con gente permanecemos a más corta distancia que el resto de Europa, hablamos en voz más alta o gritamos. España es el país con mayor nivel de contaminación acústica. Sus principales ciudades siempre ocupan el primer lugar en el ranking internacional que mide los niveles de decibelios. Las conversaciones ruidosas en las calles son la causa de la contaminación acústica. Nuestra forma de socializar y ser se ha convertido, pues, en uno de los grandes aliados del coronavirus.