Hoy declaran casi una veintena de agentes de la Guardia Civil ante el tribunal de jurado que juzga a Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte violenta de Gabriel Cruz. Los agentes de la UCO que la fotografiaron desenterrando el cuerpo han relatado la secuencia de los hechos. Han explicado que se dieron cuenta de que se trataba de Gabriel porque quedaron al descubierto la cabeza y un brazo. Otro de los agentes, desplazado desde Madrid a Almería, ha asegurado que nunca se había hecho un despliegue con tantos recursos porque siempre "buscamos a un niño vivo".
En el momento de su detención, Ana Julia Quezada, según han explicado los agentes de la UCO que hacían las labores de seguimiento, dijo "ah, muy bien" y empezó a gritar: "Ángel te quiero mucho, quiero a Gabriel, mi perro está dentro".
Los guardias civiles han explicado que al abrir el maletero vieron el cuerpo del niño lleno de tierra como también lo estaban las manos y la sudadera de la acusada.
Uno de estos agentes, que fotografió a Ana Julia Quezada desenterrando el cuerpo en una pequeña colina a 400 metros de la finca de Rodalquilar, ha narrado la secuencia. "Se va a jugar con el perro y le tira piedras. Llama por teléfono y se dirige a la zona de la alberca, donde empieza a quitar tablones"
“Vuelve al coche y saca una toalla de colores. De nuevo en la alberca permanece agachada hasta que levanta el cuerpo y lo lleva hacia el maletero del coche. Le cuesta levantarlo y se le descubre la cabeza y un brazo”, narra el agente, que explica que es en ese momento en el que se dan cuenta que se trata de Gabriel Cruz, a quien buscaban con vida.
Los policías admiten que en ese momento es posible que Ana Julia golpee la cabeza, e incluso que el cadáver se le caiga al suelo.
El capitán de la UCO ha asegurado que les dijo "me han metido el niño ahí", insinuando que alguien quería perjudicarla, pero después consigue que confiese.
Otro investigador ha asegurado que en el posterior registro de la casa de Vícar no se hallaron medicamentos. Contradice así la versión de Quezada que dijo que iba a suicidarse con todas las medicinas que tenía en su casa. No obstante, si se encontró una pequeña cantidad de cocaína.
Un comandante de la Guardia Civil desplazado a Almería para este caso ha explicado que “en pocas investigaciones se han dedicado tantos recursos y se han dejado otros casos”. “Hubo un gran despliegue con los mejores especialistas”.
Este caso, ha proseguido, “fue muy intenso. Hacíamos turnos de 24 horas, no se paraba nunca. Porque buscábamos a un niño vivo, si no fuera así no se habrían destinado tantos medios”.
A los agentes les chocó también que la acusada durante la investigación les llegara a "hablar mal del niño".
Ayer, los primeros guardias civiles que declararon, los responsables de la investigación y el enlace con la familia, contaron que fue el hallazgo de la camiseta lo que delató a Ana Julia, empeñada desde el principio en señalar a Sergio, su expareja. Hoy, el guardia civil que llegó el primero al sitio donde encontraron la camiseta, ha explicado que ellos creen "que apelmazó la camiseta y la frotó contra el suelo para mancharla de barro".
Ha habido una par de agentes que han explicado que Ana Julia mintió desde el principio. Uno de ellos ha destacado que en la primera entrevista la noche de la desaparición del niño ya notó cosas raras y otra ha explicado que mentía en aspectos personales de su pasado que nada tenían que ver con el caso. “No mostró colaboración, sino evitación” y “sorpresa cuando el sospechoso inicial es puesto en libertad. Entonces intenta dirigir la investigación hacia Sergio, su expareja”.
Los agentes han coincidido en señalar que la acusada no colaboraba e intentaba dirigir la investigación hacia su expareja. Solo cuándo fue detenida se mostró dispuesta a declarar aunque siempre mantuvo que le mató de forma accidental, al taparle la cara.