La Policía Nacional descarta que una mujer desaparecida en Gijón a finales de los años noventa sea 'la Dama del Camello', como se conoce a la que fue encontrada muerta en el año 2001 en la playa del Camello, en Santander, y cuya identidad se desconoce, pese a las numerosas investigaciones realizadas en estas casi dos décadas.
Según han informado fuentes policiales, el pasado 26 de mayo un hermano de la desaparecida en Asturias creyó reconocerla en el retrato robot de 'la Dama del Camello', publicado en un medio de comunicación, pero las gestiones llevadas a cabo para su identificación han dado resultado negativo, al no corresponderse los datos biométricos ni de marcadores de ADN de ambas.
Según el hermano de la desaparecida, aunque no tenían noticias de ella desde 1995, la familia no presentó denuncia sobre su desaparición hasta el 12 de marzo de 1997 en la comisaría de León.
No obstante, un año después, retiró dicha denuncia puesto que la mujer, mayor de edad, fue localizada por funcionarios de la Comisaría Provincial de Gijón (Asturias) el 19 de octubre de 1998, aportando además un domicilio. Después de esa fecha, la familia no había vuelto a interponer ninguna otra denuncia por desaparición.
Con el fin de seguir investigando, los agentes recomendaron a la familia que interpusiera una nueva denuncia de forma que sus datos quedasen registrados en la Base de Personas Desaparecidas para que, de no corresponderse con el cadáver aparecido en Santander, como así ha sido, se pudiera disponer de ellos en eventuales cotejos futuros.
Así, el 28 de mayo el hermano interpuso denuncia por desaparición en la Comisaría de Gijón, que dio traslado de la misma a la Policía Judicial, que procedió a tomar muestras de ADN tanto de él como de la madre de la mujer.
La Policía Científica de Santander se desplazó a Gijón para hacerse cargo de dichas muestras, que se trasladaron a la Comisaría General de Madrid, donde se ha realizado el estudio y cotejo de las mismas con las de la fallecida en 2001. Previamente se habían cotejado las fichas del DNI, también con resultado negativo.
Desde la Policía Nacional se sigue solicitando la colaboración ciudadana y de los medios de comunicación para la difusión de la información que permita llegar a identificar a 'la Dama'.
El cadáver de la 'Dama del Camello' fue encontrado el 29 de junio de 2001 en la playa, arrastrada por la marea. Tenía el pelo negro, 1,66 metros de altura, unos 40 años, complexión delgada, vestía un pantalón de tergal beige, una camisa floreada verde y una chaqueta torerilla negra de paño.
Cerca del cadáver aparecieron sus zapatos, un bolso de mano (con 1.200 pesetas y sin documentación alguna) y una bolsa de El Corte Inglés con un bote de colonia de bebé y dos trapos de cocina.
Apenas llevaba tres horas sin vida cuando fue encontrada, según reveló la autopsia, que estableció el ahogamiento como causa de la muerte. Su cuerpo no presentaba ningún signo de violencia. La inspección ocular, a la mañana siguiente, no dio ninguna pista.
Al no presentar ningún golpe, la hipótesis que siempre han mantenido los investigadores es que se adentró en el agua por su propio pie para suicidarse.
Durante todos estos años el caso siempre ha estado presente en la mente de los investigadores policiales de Santander, que no "han escatimado esfuerzos ni recursos" para su esclarecimiento, en especial el inspector jefe ya jubilado Guillermo Rosewarne, quien se implicó "personalmente" para identificar a la mujer y quien le puso el apodo.
A pesar de no contar con los actuales medios tecnológicos, se realizaron múltiples gestiones para su identificación (dactilar, biológica y facial); se le tomó una foto y se publicó en la prensa local.
Además, se siguió la pista de la etiqueta de limpieza de tintorería que tenía grapada, en todos los establecimientos de Cantabria y provincias limítrofes.
También se revisaron todos los coches que se podría haber llevado la grúa en días posteriores, por si hubiese llegado en su propio vehículo, y se habló con los conductores de autobuses de líneas que pasaban por el Corte Inglés
Por otro lado, se mandó su muestra de ADN a todos los países conveniados: europeos, latinoamericanos y norteamericanos, sin encontrar ninguna coincidencia, ni tampoco en la base de datos de personas desaparecidas.
También se localizó a un experto en ADN ancestral, el profesor Fernando Serrulla, quien apuntó que se trataba de una mujer europea o del norte de África.
Pasados 10 años los investigadores pensaron que se le habría caducado el carné y empezaron a mirar cada año a todas las mujeres a las que les caducaba, entre 12.000 y 15.000 al año, "una a una".
En el caso también ha colaborado la experta en retratos Marga Sanin, y uno de acuerdo con los datos que se tenían se publicó en prensa en el año 2013.
Se involucró igualmente a la Guardia Civil, la Ertzaintza y Policía Pocal, por si se les hubiese pasado incluir a alguna mujer en la base de datos de personas desaparecidas y restos humanos sin identificar. Todo ellos sin resultado hasta el momento.