La Policía Nacional, a través de sus perfiles en redes sociales, ha advertido de una de las plagas más importantes en los pinares de España que está en plena actividad: la oruga procesionaria del pino. En ese sentido, han recordado que puede ser mortal para animales como los perros y poner en riesgo la salud de los más pequeños.
Se trata de un insecto lepidóptero que recibe este nombre por la particular manera que utilizan las orugas de desplazarse por el suelo formando hileras. La procesionaria del pino es la oruga "más conflictiva de los pinares mediterráneos".
Estos insectos son muy peligrosos debido a los 500.000 pelos (tricomas) altamente urticantes que cubren su cuerpo y de los que se desprenden si se sienten amenazados. Son, sin exagerar, auténticos dardos tóxicos que en contacto con la piel de las mascotas y los humanos pueden producir desde reacciones cutáneas locales más o menos graves a lesiones en los ojos, en la piel, en los bronquios, anafilaxia severa y necrosis de la lengua del perro.
Y atención porque no solo el contacto con el pelo urticante puede producirse porque se toque directamente por accidente sino que el viento puede transportarlo.
Todo empieza en verano. Es entonces cuando la mariposa de la oruga procesionaria pone los huevos en un pino (también puede hacerlo en abetos y cedros). Más tarde, los huevos eclosionan y las orugas permanecen durante los meses fríos en el árbol, dentro de una especie de bolsa protectora conocida como bolsón, que tiene el aspecto de una bola de algodón.
Allí se alimentarán sin descanso de las hojas del árbol (dañándolo seriamente si no se elimina la plaga a tiempo) y se protegerán del frío. Cuando hayan madurado, bajarán por la corteza del árbol afectado. El descenso en procesión suele producirse en torno a febrero y marzo pero puede variar según la climatología.
Cuando pasan unos meses, a mediados de julio, vuelven a emerger las mariposas adultas para poder reproducirse y comenzar un nuevo ciclo.