La playa de la Barceloneta, en Barcelona, se ha llenado este domingo por la tarde de gente deseosa de disfrutar del sol. El buen tiempo con el que ha arrancado el horario de verano se ha convertido en un aliciente perfecto para que cientos de turistas y barceloneses aprovecharan para tostarse junto al mar.
Algunos han acudido a la arena respetando las medidas sanitarias, pero es tal el nivel de aglomeración que muchos otros, en su mayoría jóvenes, han acabado en grupos prácticamente codo con codo. Las terrazas de los bares cercanos también han experimentado un lleno total y es imposible coger una mesa libre.
España ha arrancado su segunda Semana Santa en pandemia, y aunque este año la población no está confinada, encara este período vacacional con restricciones, como los cierres perimetrales y límite de personas en las reuniones (los bares se han convertido ya en un foco de contagio a evitar para las CCAA con más de 150 casos por 100.000 habitantes en 14 días, un total de siete en España), y con una lenta estrategia de vacunación en proceso.
El objetivo es frenar la cuarta ola de la covid-19 porque, aunque muy lentamente, los indicadores aumentan y constatan la tendencia al alza en los contagios de coronavirus, que el viernes sumaron 7.586 nuevos positivos y situaban en 138 casos la incidencia acumulada en 14 días por cada 100.000 habitantes.