El 16 de marzo, todos los centros educativos de España cerraron sus puertas para evitar la propagación del coronavirus, una situación que afectó a los más de diez millones de estudiantes de todas las etapas educativas, que durante este periodo (algunos aún) siguen a distancia, desde sus hogares, el curso escolar.
El plan de desescalada presentado por el Gobierno contempla la posibilidad de que estudiantes de 2º de Bachillerato que están preparando las pruebas de acceso a la universidad, pero también de 4º de Secundaria, 2º curso de Formación Profesional y los del último año de enseñanzas de régimen especial puedan regresar a las aulas para recibir clases de repaso antes de que finalice el curso en junio. Esto se aplica a partir de la fase 2, por lo que solo los alumnos de las comunidades en esta etapa han vuelto a las aulas de forma voluntaria y con nuevas medidas de seguridad: mascarillas, distancia social y nuevas rutinas.
“Cuando te surgen dudas, necesitas estar aquí para resolverlas”, afirma una alumna que acude a su centro en el que ahora camina por un carril de ida, le toman la temperatura y debe lavarse las manos.
La distancia de seguridad es la clave, pero ¿qué pasa con el resto de alumnos de Infantil y Primaria? Después de dos meses en casa, las asociaciones de padres aseguran que los niños se han perdido una educación de calidad. Y, muchos ya se han sumado a una campaña para exigir al Gobierno una planificación también de cara a septiembre.
La escolarización presencial para todas las edades es prioridad, según fuentes del Gobierno y para eso siguen las recomendaciones de los expertos.
La 'vuelta al cole' y al instituto se realiza con medidas de higiene y sanitarias. Dos semanas antes de que los estudiantes pisen un aula, los centros educativos abren para su desinfección y acondicionamiento. Además, los estudiantes que acuden a recibir clases de repaso lo hacen en grupos reducidos. Las aulas que acogían a más de 15 alumnos antes de la pandemia reducirán su aforo a la mitad para mantener una distancia social entre pupitres y evitar los contagios.
Pero, de cara a septiembre, con todos de vuelta, quizá, como en el caso de Dinamarca, se tengan que aprovechar los espacios abiertos, patios escolares y jardines, donde el virus pierde fuerza.
En países como Francia o Reino Unido, la vuelta al cole no ha supuesto un rebrote y esto demuestra y por eso se apuesta por volver a las aulas de forma gradual y segura.
La ministra Celaá, por su parte, ya anunció que las clases tendrán que reducir su número de alumnos a la mitad el próximo curso 2020-2021, con un máximo de 15 por aula, si antes no llega la vacuna contra el coronavirus. En este supuesto, habría que compaginar, además, la docencia presencial con la telemática.
"Es en lo que estamos trabajando para el curso 20-21. Si no hay un remedio, los centros tendrán que estar a la mitad de su capacidad. Esto obliga a que una parte de alumnos estén trabajando presencialmente y otra parte, telemáticamente", afirmaba Celaá.