Las medidas para evitar los embarazos no deseados avanzan en el anteproyecto de Ley que modifica la regulación del aborto en España pendiente de una decisión del Tribunal Constitucional. El texto elaborado por el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero establece que las píldoras anticonceptivas de última generación volverán a estar cubiertas por la Seguridad Social, después de que la sanidad pública dejara de financiar varias de ellas en 2013 tras años incluidas en el catálogo. También se obliga a las farmacias a tener existencias suficientes para dar respuestas a la demanda.
La medida no viene sola, además, se promueven métodos de anticoncepción masculina, para que ésta no sea sólo una responsabilidad de las mujeres.
La píldora del día después está a la venta en las farmacias españolas desde septiembre de 2009 cuando el ministerio de Sanidad dirigido por la socialista Trinidad Jiménez equiparó a nuestro país con Francia, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Grecia, Portugal, Suecia y Suiza en un intento de facilitar el acceso a la anticoncepción hormonal de urgencia y de reducir el número de embarazos no deseados, especialmente en jóvenes y adolescentes.
En la actualidad se puede adquirir en farmacias a un precio de unos 20 a 30 euros, según el laboratorio que la comercialice.
Según la ministra Montero, este anticonceptivo de urgencia, "deberá estar disponible" en todas las farmacias, algo que podrían generar nuevos problemas como el que tuvo en su día cuando algunos farmacéuticos se negaron a venderla. La oposición llegó hasta el Tribunal Constitucional, que llegó a dar la razón a los objetores porque la obligación vulneraba su derecho a la libertad ideológica.
Según aquella sentencia de julio de 2015, la objeción de conciencia reconocida a los médicos puede ser aplicable a los farmacéuticos cuando se trata de dispensar la píldora del día después. Este medicamento puede causar un efecto abortivo que choca con la concepción del farmacéutico sobre el derecho a la vida, aseguró el Constitucional, un hecho que Sanidad desmiente.
Además, la sentencia aseguraba que el derecho a la objeción de conciencia del farmacéutico no vulnera el derecho de la mujer a acceder a este medicamento porque puede comprarlo en otras farmacias cercanas.
La píldora anticonceptiva oral de uso regular es el método más utilizado detrás del preservativo, ya que la toman el 38,3 por ciento de las mujeres. Asimismo, el 64,9 por ciento de las mujeres ha tomado la píldora en algún periodo de su vida, y muchas de ellas ven dificultades a la hora de adquirirla.
Su sistema de acción consiste en impedir que el espermatozoide fecunde al óvulo y, en el caso de que éste haya sido fecundado, evitar que anide en la pared del útero. En el caso de que el óvulo alcance la pared, el medicamento ya no es eficaz, por lo que los expertos de la compañía recomiendan su administración antes de que cumplan 72 horas después de la relación sexual sin protección. Si el fármaco se administra en las primeras 12 horas, destaca la farmacéutica, su eficacia es del 95 por ciento, y su efectividad se va reduciendo según van pasando las horas.
El ministerio de Sanidad recuerda que la píldora es un medicamento hormonal que impide o retrasa la ovulación y en la mayoría de los casos evita el embarazo, pero nunca lo interrumpe por lo que no es abortiva ni produce ningún problema o lesión en el embrión en el caso de que hubiera ya un embarazo.
Según una encuesta realizada por 40dB para HRA Pharma entre 1.000 mujeres de entre 18 y 45 años, el 64,4 por ciento de las consultadas cree que se reducirían los embarazos no deseados si la dispensación de la píldora anticonceptiva fuera sin receta y, además, casi nueve de cada diez creen que sería más fácil acceder a ella.
El objetivo de la encuesta era cuantificar las dificultades a las que se enfrentan las mujeres en el acceso a la anticoncepción oral en España y testar su percepción sobre la posibilidad de acceder a la misma sin prescripción.
Para las mujeres consultadas, el poder acceder a su dispensación sin prescripción médica supondría un avance significativo para la salud sexual y reproductiva de las mujeres y en su autonomía para un 73,5 por ciento y 72,5 por ciento de las encuestadas, respectivamente.
Asimismo, la encuesta ha puesto de manifiesto que el 51,9 por ciento ha intentado comprarla sin receta en alguna ocasión, y al 46,6 por ciento de las mujeres les han puesto impedimentos para conseguirla. Cerca de 3 de cada 10 mujeres han tenido que dejar de tomarla en alguna ocasión por no poder acudir al médico a por la receta (26%) y un 23,7 por ciento por haberla perdido o no llevarla cuando acudían a la farmacia, de las que casi 6 de cada 10 consideran haber estado en riesgo de embarazo debido a la interrupción en la toma (57,8%).
Entre ellas, una de cada 10 ha tenido un embarazo no planificado por estas circunstancias (11,9%) y cerca de la mitad declara haber tenido que abortar debido a ese embarazo no planeado (43%). El estudio arroja también una batería de conclusiones muy interesantes para los profesionales médicos y farmacéuticos, las autoridades sanitarias y los colectivos de mujeres.
Así, a siete de cada 10 mujeres les gustaría acceder la píldora anticonceptiva de uso regular sin receta, y el 64,1 por ciento tendría la misma confianza en adquirirla, aunque no precisase prescripción médica. De hecho, a las mujeres les daría mucha libertad (65,9%) y tranquilidad (68,5%) saber que no les van a poner impedimentos por acceder a este anticonceptivo sin prescripción del médico.
Asimismo, al 72,9 por ciento les ahorraría mucho o bastante tiempo el no tener que acudir o llamar al médico para pedir o renovar la receta. "Una realidad social que ha abierto un proceso de reflexión profunda entre los profesionales sanitarios, que vienen a coincidir en la necesidad de hallar un consenso sobre este asunto", ha zanjado la directora general de HRA Pharma para España y Portugal, Inés Correia