Los análisis de la personalidad de Ana Julia se han sucedido desde que fuera atrapada por la policía en su coche intentando ocultar de nuevo al pequeño Gabriel. El 11 de marzo de 2018 la Guardia Civil sí puedo decir eso de "la tenemos". Ana Julia que se creía a salvo decidió trasladar el cuerpo de Gabriel, pero la Guardia Civil seguía todos sus pasos.
Siempre fue Ana Julia una de las sospechosas de la desaparición del pequeño Gabriel. Lo fue desde que apareció esa camiseta mojada, pero no lo suficiente, cerca del pantano para dar a entender que el niño podía haber caído en él. Ana Julia estuvo con la prensa, con el padre y la madre de Gabriel repartiendo abrazos y llorando, destacando siempre que el niño era muy responsable, que no podía haberse ido a ningún sitio. "Estamos desolados, no sabemos qué hacer, nos estamos volviendo locos", decía ante los medios de comunicación.
La realidad es que Ana Julia ya sabía que Gabriel estaba muerto. Ella lo había ahogado. La relación entre Ana y el pequeño no era tan idílica como ella quería expresar. El niño ya le dijo a su padre que ojalá no volviera nunca, no aguantaba a Ana Julia y esta, celosa y posesiva lo consideraba un obstáculo en la relación con su padre, es lo que se denomina "búsqueda del beneficio personal". Toda una depredadora social que a lo largo de su vida ha sacado provecho de sus relaciones personales.
Las imágenes de sus actuaciones durante la búsqueda de Gabril describen a una persona fría, manipuladora y con falta de empatía. Para muestra, las movilizaciones a las que acudía con los padres de Gabriel, en las que estos pedían al captor la liberación del niño. Demostró entonces Ana Julia que era capaz de matener una mentira de una forma continuada sin pena ni ansiedad manifiestas. Las terribles palabras contra el pequeño Gabriel en el coche demuestran su ira hacia él.
No obstante, a priori Ana Julia no encaja dentro del perfil de psicópata. No lo hace porque aunque este sea una persona egocéntrica y con falta de empatía como Ana Julia, que a tenor de los que la conocieron en otras épocas de su vida es una persona que establece relaciones con los demás como medio para obtener algo a cambio, parece que en este caso su motor fueron los celos hacia el niño.
Ana Julia demostró ser una experta en manipular los sentimientos de los demás para su propio beneficio. Su exmarido deja claro que cuando vio la furgoneta blanca le pareció extraño y reconoce que tuvo miedo durante un tiempo de que Ana Julia le acusara de malos tratos, aunque fueran psicológicos. De sus palabras se desprende que era capaz de todo. La realidad lo demostró. Ahora en el juicio Ana Julia intentará defender que todo lo ocurrido fue un terrible accidente.