Cuatro niños dan vida a un colegio de Castellón que cerró hace seis años por falta de alumnos
La escuela ha reabierto sus puertas con cuatro niños: uno del pueblo y tres de familias que se han mudado a Almedíjar (Castellón)
Una de las coordinadoras de la asociación Almedíjar Vive explica que el covid ha ayudado a que muchas familias se planteen vivir en municipios pequeños
El colegio podría subir hasta nueve la cifra de escolarizados en las próximas semanas
La escuela en un pueblo da vida. A Almedíjar (Castellón) se la quitaron hace seis años cuando cerraron el colegio por falta de niños. Este miércoles, tras meses de lucha, los vecinos han conseguido que cuatro niños vuelvan a pisar unas aulas que ya deseaban volver a respirar un aire más juvenil.
"A base de convencimiento lo hemos conseguido", explica una de las madres y vecina de Almedíjar. Marlen tiene tres hijos, dos de ellos sufrieron el cierre de la escuela en 2014 y al otro le ha tocado vivir la reapertura del colegio donde sus dos hermanas dieron sus primeros pasos. De los cuatro niños que van ahora a la escuela, su hijo de 7 años es el único que ha nacido en el pueblo. Los otros son de familias que han decidido irse a vivir a Almedíjar
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Esta mañana, a la puerta del centro escolar, parte de los vecinos de este municipio castellonense han acudido a ver como estos cuatro pequeños volvían a entrar después de seis años. Un tiempo largo en el que, como explica Marlen, que también es una de las coordinadoras de la asociación Almedíjar Vive, el pueblo se había convertido en otra víctima de un éxodo rural que ha afectado de forma considerada a los municipios del interior de esta provincia.
La ilusión vuelve al pueblo
Después de seis años, los niños van a volver a revolotear las calles de buena mañana. Las puertas vuelven a estar abiertas en este pequeño colegio, que forma parte del CRA Palancia-Espadán Castellnovo. Marlen explica que la asociación Almedíjar Vive se creó el año pasado con el objetivo de reactivar un pueblo que parecía visto para sentencia: "Nos quitaron servicios básicos como la panadería y la carnicería". Además, cuenta que el punto principal era recuperar la escuela.
Para lograrlo, este grupo de vecinos empezó a promocionar el pueblo para que nuevas familias fueran a vivir a Almedíjar: "El covid también ha ayudado a que haya más gente que se plantee vivir en los pueblos".
En junio la localidad ya contaba con dos familias que iban a llevar un niño cada uno a la escuela y en septiembre apareció otra que aportaría el cuarto. La Generalitat había establecido el número mínimo de niños censados en el municipio en 4 para poder volver a abrir. Lo habían logrado. Sin embargo, no ha sido hasta esta semana cuando se ha oficializado la apertura del colegio por temas burocráticos.
"Hemos recuperado la vida infantil y ahora vamos en busca de más", confirma la madre. Marlen explica a NIUS que existen dos familias que viven en poblaciones situadas a 20 o 25 minutos de Almedíjar que tienen pensado llevar a sus hijos a este colegio también, hecho que aumentaría la cifra a 9: "Es que esto es para celebrarlo, muchos no creían en este sueño tan grande".
De nuevo abierto gracias a los vecinos
"En Almedíjar no dejamos perder nada", explica Marlen cuando se le pregunta por el estado de las aulas. El edificio paró de ser un colegio para convertirse en una especie de centro social o un sitio de ensayo para la asociación musical del pueblo, entre otros usos. Los vecinos siguieron aprovechando el antiguo centro escolar.
Por esta misma razón, las instalaciones se han mantenido en un buen estado: "Solo hemos tenido que quitar las cuatro hojas de otoño y poca cosa más. El proceso de rehabilitación ha sido rápido".
Esta nueva apertura ha sido motivo de alegría y celebración en el pueblo: "Nos hemos quedado con las ganas de juntarnos y disfrutar de este sueño, pero por el covid no podemos". Una celebración que tendrá que esperar cuando lo realmente importante es que en Almedíjar vuelve a haber vida tras seis años de silencio.