Como muchos otros sanitarios, José López, conocido entre sus compañeros como Pepe, fue uno de los infectados por coronavirus en uno de los hospitales madrileños. Su caso se agravó y ha pasado tres meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que, ahora, abandona entre aplausos.
“Solamente decir que soy un superviviente más del COVID-19”, dice el jefe de celadores y de seguridad del Hospital Princesa de Asturias de Alcalá de Henares, entre pancartas, ovaciones y acompañado de sus propios compañeros.
Tiene 61 años y el 9 de marzo, enfermó por COVID-19. Tras hacerse unas pruebas, dio neumonía y, cinco días después, ingresó en la UCI, según el relato de su hijo Oscar en exclusiva para 'Dream Alcalá'.
Este destaca dos momentos críticos. Por un lado, el 23 de marzo estuvo muy enfermo, pero mejoró notablemente hasta la segunda recaída. Esta llegó el 10 de abril. En esta fecha, recuerda que les advirtieron de que podía pasar lo peor y les llegaron a hablar de la posibilidad de un fallo multiorgánico con picos de fiebre de 42 grados. Tres días después Pepe comenzaría a recuperarse de nuevo hasta su salida de la UCI, el día 12 de junio.
Allí, en la UCI, donde destacan la labor de todos los sanitarios, su hijo pudo visitarle dos veces y detectó que el hombre había perdido su masa muscular y sus pulmones habían quedado gravemente afectados.
Así, Pepe ha estado luchando contra el COVID-19, que infectó al 35 por ciento de la plantilla de ese hospital. Su caso, uno de los graves, conmociona y sus compañeros no han podido más que aplaudir su salida de la UCI. Tal ha sido la lucha que desde Salud Madrid también han compartido la ovación.
El personal sanitario en España ha sido duramente castigado por esta pandemia. Desde el inicio de la pandemia en nuestro país hasta el 11 de junio, según datos de Sanidad, 51.849 personas que trabajan en hospitales se infectaron, lo que supone un 21,3 por ciento de los contagios totales.