Los amantes de los animales celebran cada año una de las festividades más entrañables del santoral español: el día 17 de enero es ya conocido como el Día de los Animales, en honor a su patrón, San Antonio Abad. ¿Cuál es la historia del patrón de los animales y cuál es el origen de esta festividad?
El origen de esta festividad tiene que ver con la figura de San Antonio Abad, un monje cristiano que habría nacido alrededor del año 250 en Egipto. En concreto, San Antonio Abad perteneció a una familia adinerada de la localidad que hoy se denomina Quemans, situada a la orilla izquierda del Nilo.
A los 20 años decidió retirarse a vivir en el desierto y fue entonces cuando descubrió la sabiduría gracias a la observación y convivencia con los animales. Vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se entregó a una vida ascética, durmiendo en una cueva sepulcral. También se dice que pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto. Con el tiempo, su búsqueda le llevó a vivir en absoluta soledad.
Fue el amor por la naturaleza lo que le llevó a bendecir animales y plantas a su paso. Así, se dice que la tradición de bendecir animales procede del hecho de que San Antonio Abad alcanzó su crecimiento espiritual a través de la observación de los animales, así como el amor divino a través de la naturaleza. También se dice que, en una ocasión, se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. La leyenda asegura que San Antonio Abad les curó de su ceguera y que, desde entonces, la madre de los jabatos no se separó de él y le defendió ante cualquier ataque que pudiera sufrir.
A partir de su muerte, San Antonio Abad fue invocado como patrón de los ganaderos y protector de los animales domésticos.
En un principio, el 17 de enero fue un día de rito religioso en el que los animales debían descansar, especialmente en el caso de los que que se utilizaban en los trabajos en el campo (caballos, asnos, bueyes...) Era tradición que sus dueños los llevaran a la entrada de las iglesias para que fueran bendecidos y, con ello, protegidos frente a enfermedades y depredadores.
Sin embargo, con el tiempo, la tradición han cambiado y se ha extendido a todo tipo de mascotas y animales, domésticos o no: perros, gatos, hámsters o pájaros se integran en ella y la festividad se ha convertido en una fecha señalada en la que celebrar a los animales y a las mascotas. Así, en la actualidad, la gente acude con todo tipo de animales domésticos -y no tan domésticos- a recibir la bendición del Santo a través de un sacerdote.